MUSICA
› Por Suma Paz *
Hay varios aspectos que son singularísimos en Yupanqui, que no se repiten en otros creadores. Uno de ellos, el hecho de ser al mismo tiempo poeta, compositor e instrumentista, cubriendo los tres aspectos con nivel. Si se analizan otras figuras que ocupan lugares importantes, se encuentra que se da uno o lo otro, a veces dos, pero casi nunca las tres. La otra singularidad es la de haber elegido, entre los 20 y los 30 años, en la época en que entonces y ahora los muchachos buscan notoriedad, mostrarse, dar a conocer lo que hacen, rastrear y conocer nuestra América, trabajando en la zafra, a lomo de mula, lo que viniera, y tocando la guitarra donde pudiera. Ese material de vivencias profundas que él ejerció entre los 20 y los 30 se refleja luego en toda su obra, durante casi 60 años, de manera que le da un sustento vital de una dimensión inigualable. No es el observador, el que va con el cuadernito o el grabador a investigar. Nada de eso, es el que vive esa vida, es uno más. Esa singularidad le da a su obra un valor único, todo lo que Yupanqui dice es absolutamente cierto y vivido primero, eso lo destaca en el sentido de diferenciarlo.
La de Yupanqui es la obra más significativa del siglo XX. No digo la más importante, digo la más significativa, es decir, con contenidos sociales profundos que perduran a través del tiempo. Creo que todavía no fue reconocida en su real dimensión, pero las grandes obras, como las grandes montañas o los grandes cuadros, necesitan una perspectiva, una distancia, y en este caso es de tiempo. Estoy segura de que en este siglo nuevo esta obra va a comenzar a valorarse, en la medida en que van surgiendo valores con los que uno se siente reconfortado. Doy dos ejemplos: Carlos Martínez, un guitarrista muy valioso y dotado; José Ceña, el intérprete más fiel, un músico que se ha preparado, ha estudiado profundamente la vida y la obra de Atahualpa durante años, impecable desde el punto de vista vocal y guitarrístico. Quizá muchos no los conozcan porque no los contratan en los festivales. Son dos chicos que andan en el camino de la verdad, no en el del éxito fácil. Esa es la escuela de Yupanqui.
* La cantante y guitarrista interpreta la obra de Yupanqui desde hace más de cuarenta años.
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