¿Cuánto cree que influyó Científicos... en el hecho de que la Ciencia alcanzara una categoría ministerial y se incrementara el presupuesto destinado a la ciencia y la tecnología?

–Eso no lo sé, y me parece arrogante que alguien en particular pueda adjudicarse semejante capacidad para influir. Sólo se que la sociedad argentina ha cambiado y que en todo caso, desde el gobierno ha habido sensibilidad para interpretarlo. También se da el hecho de que el mundo de hoy no tolera más la sumisión y la ignorancia. La educación tiene que ser pública, laica y gratuita. Pero uno no sólo educa o se educa en el colegio. Las otras vías son tan importantes como la asistencia a clase. Y el país sólo puede progresar si produce su propia ciencia: eso lo hace independiente. La Argentina tiene otra vez una masa crítica de científicos extraordinaria. Los recursos no son los adecuados, pero creo que la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología es un paso esencial en la dirección adecuada. De acá, no hay retorno. En todo caso, lo que viene ahora, es proveer a la ciencia y a los científicos de un presupuesto acorde, no sólo con lo que se invierte en países del primer mundo, sino al menos, con lo que invierten países con los que somos más comparables: Brasil y Chile, por poner dos ejemplos.