Que Marte se acercaba, que el sábado pasado iba a estar en el punto más próximo a la Tierra en muchos, muchísimos años, incluso más cerca que aquella vez en 2003, que se vería tan grande como la Luna, y tantos otros etcéteras que circularon por correo electrónico y por sitios especializados en las últimas semanas fueron un verdadero fraude, y vale la contradicción. Lamentablemente no son pocos los rumores fraudulentos que circulan apantallados por el amplio abanico de la astronomía, como si la atracción magnética que ejerce sobre el público de todas las edades también fuese funcional a los anuncios falsos por doquier, que por cierto siempre atraen.

En inglés, hoax; en castellano, algo así como rumor, engaño o trampa. Diferencias idiomáticas de lado, la lista de bluffs astronómicos no es breve y continúa su recorrido, del que asoman algunos puntos nodales. A la cabeza, por lejos, las repetidas dudas sobre la veracidad de la llegada del ser humano a la Luna. En 1969, la tensión generada por la Guerra Fría y en especial por su dinámica –la amenaza perpetua de provocar el estallido del mundo en cuestión de minutos– facilitó la expansión del mito, del que muchos hicieron un estandarte libertario: según la teoría conspirativa, el desembarco en la Luna no era más que una de las tantas mentiras imperialistas. De más está decir que el desarrollo posterior de la astronomía y en particular de los vuelos espaciales, cada vez a mayor distancia, echaron por tierra cualquier duda.

Alguna vez también se afirmó con pompa que Marte, tierra de cientos de fantasías más o menos fantásticas, tenía un rostro. Una especie de cara humana que incluso la NASA, luego de analizar las fotos enviadas por la nave Viking 1 en 1976, se dispuso a investigar. Se trataba en realidad de una combinación de sombras en una meseta de la región de Cidonia que alentaba la sugestión. Al fin de cuentas no fue más que eso, una mala interpretación, tan subjetiva como cualquier otra mirada poco atenta de los datos.

¿Y cuántas veces se descubrió el esperado décimo planeta? En los últimos dos años, al menos un par: Sedna amagó con consolidarse como el siempre buscado “planeta X”, pero el puesto terminó por llevárselo 2003-UB313, 1,5 veces el diámetro de Plutón, casi al filo del Cinturón de Kuiper.

Pero algo fue verdad. Hace dos años y seis días Marte se acercó de veras, a 60 millones de kilómetros, tanto como no lo había hecho en los últimos 60 mil años. Y el próximo 30 de octubre volverá a hacerlo, aunque no a tan corta distancia (69 millones de km). Es probable que entonces las cadenas electrónicas –y los sitios de mayor o menor prestigio que muchas veces se nutren de ellas– vuelvan a proliferar. Por el momento, el único antídoto es permanecer atentos, desconfiar de anuncios tremendistas sin fuentes serias que los respalden y, más que nada, no comprar gato por liebre.