REVISTA IBEROAMERICANA DE CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD

Número 5, Volumen 2

Hablar de “la tecnología” es casi tan tramposo como hablar –así, a secas, sin puntualizar especificidades o disidencias– de otros sustantivos colectivos bastante generales como “la argentinidad”, “la humanidad” o, desde ya, “la ciencia”. Como ocurre en estos casos, la palabra muchas veces queda chica frente a lo que designa. Básicamente, porque se aplica a más de una cosa: tecnología es tanto una colección de artefactos, una forma de acción, un proceso social o una forma específica de conocimiento. Es en ese campo minado de significados en el que la filosofía de la técnica pretende poner orden a través de la reflexión. Una tarea suficientemente importante como para merecer un espacio y un dossier especial en una revista iberoamericana de ciencia, tecnología y sociedad.

Dirigida por Mario Albornoz (Centro Redes), José Antonio López Cerezo (Organización de Estados Iberoamericanos) y Miguel Angel Quintanilla (Universidad de Salamanca, España), esta publicación dedica su último número a disecar el “problema técnico” proponiendo a la vez un conjunto de conceptos básicos para abordar esta colección-acción-proceso-forma de conocimiento. “La tecnología y la búsqueda de la felicidad” (Albert Borgmann); “Teoría crítica de la tecnología” (Andrew Feenberg); “Sobre la reproducción de personas: la ética y tecnología de la clonación” (Frederick Ferré); “La incorporación de lo material: fenomenología y filosofía de la tecnología” (Don Ihde), por ejemplo, son algunos de los artículos que forman parte del dossier, además de “Computadoras, modelización matemática y ciencia experimental” de Pablo Jacovkis. Para conseguir ejemplares se puede escribir a [email protected] o llamar al 4963-7878/8811.

CIENCIA HOY

No todos los años uno de los centros científicos argentinos más prestigiosos cumple medio siglo de vida. Por eso no está nada mal la multiplicación de conmemoraciones, agasajos o recordatorios de la historia, problemas y logros por los que atravesó el Instituto de Física de Bariloche, más conocido como Instituto Balseiro. Uno de esos festejos se puede apreciar en las páginas del último número de Ciencia Hoy en las que además de indagar en las numerosas crisis por las que pasó el instituto antes de alcanzar un lugar de prestigio en la formación de físicos en América latina y realizar una síntesis de las cinco décadas de desarrollo nuclear nacional, se cuenta cómo fue posible la construcción de los distintos laboratorios que componen a esta institución, cómo el intercambio de físicos con Suecia y Dinamarca marcó de forma decisiva el rumbo de la física argentina y cómo era en realidad su fundador, José Antonio Balseiro. El número se completa con una entrevista al físico Daniel Bes, un análisis sobre la magnitud y complejidad del programa nuclear y un estudio sobre el impacto del establecimiento del físico alemán Wolfgang Meckbach en Bariloche como hito para la enseñanza de la física experimental en el país.