Sábado, 12 de abril de 2003 | Hoy
NOVEDADES EN CIENCIA
EL HUBBLE Y EL HUEVO
ASTRONOMY
A 3 mil años luz de la Tierra y en dirección a la constelación
de Cygnus (el Cisne), una estrella anciana se esconde en el interior de una
enorme estructura polvorienta de forma más o menos redonda. Y por eso
se la conoce como la Nebulosa del Huevo. Para la mayoría
de los instrumentos astronómicos se trata de un blanco difícil,
y sin mucho detalle, pero una reciente imagen tomada por el Telescopio Espacial
Hubble la muestra con un nivel de detalle inédito.
Tal como revela la foto del Hubble (tomada a fines de 2002, pero publicada recién
hace unos días por la NASA), la Nebulosa del Huevo está
formada por una serie de capas de polvo concéntricas rodeando a una estrella
central, que no se ve (porque está tapada por esos mismos materiales),
pero que las ilumina. Según parece, estas cáscaras
no son otra cosa que láminas de carbono, un elemento creado por fusión
nuclear en el corazón de la estrella, y que luego fue eyectado hacia
el espacio con el correr de los millones de años. Estudiando la luz y
las distintas características de este verdadero fantasma espacial, los
astrónomos no sólo han podido precisar la ubicación exacta
de la estrella escondida por el polvo, sino que también han determinado
algunas de las propiedades físicas del material que dispersa la luz estelar.
SIMIOS EN PELIGRO
nature Nuestros parientes vivos más cercanos están en serio peligro: una reciente investigación publicada en la revista Nature revela que las poblaciones salvajes de chimpancés y gorilas africanos han sufrido una notable caída en número durante las últimas dos décadas. Desde principios de los años 80, un equipo internacional de científicos, liderado por el norteamericano Peter Walsh (Universidad de Princeton y miembro de la Wildlife Conservation Society), ha estado recorriendo las frondosas selvas de Gabón para estudiar y censar a los grandes primates de la zona: los chimpancés y los gorilas. Y no por casualidad: la pequeña nación africana todavía conserva cerca del 80% de sus selvas y es una de las últimas grandes fortalezas para estos simios. La cuestión es que luego de largos relevamientos de ejemplares y nidos, Walsh y sus colegas llegaron a la conclusión de que la cantidad de chimpancés y gorilas de Gabón cayó en un 56% entre 1982 y 2002. Y que si esta tendencia continúa, estos simios podrían disminuir en un 80% de aquí a treinta años. Es una declinación catastrófica en un área que contiene al grueso de las grandes poblaciones de chimpancés y gorilas que aún sobreviven, dice Walsh. Aunque la causa principal de este desastre biológico es la caza indiscriminada no hay que desdeñar los efectos letales del virus del Ebola (que en algunos lugares ha liquidado al 90% de los ejemplares). Ante semejante panorama, Walsh está pidiendo que el status de conservación de estos primates pase de especie amenazada a críticamente amenazada.
PELOS, DIENTES Y UNA CAMISA ENSANGRENTADA
Discover
Cuartos Secretos, cuartos esfumados, una exposición: En el
siglo XV hubo una ciudad italiana que conjugó conspiraciones, opulencia
(de unos pocos) y, sobre todo, la producción de las más bellas
obras artísticas renacentistas: Florencia, la misma ciudad que para entonces
tenía 300 mil habitantes, y en la que se desarrollaban toda clase de
polémicas religiosas y disputas propias de un capitalismo mercantil que
daba a ciegas sus primeros pasos. Dos familias estuvieron siempre involucradas
en estos dramas bastante shakespeareanos: por un lado, los Médici, familia
de banqueros, políticos y papas toscanos que gobernaron Florencia por
más de cuatro siglos (hasta 1737); y por el otro, los Pazzi, que siempre
envidiaron la fortuna y el poder de sus más acérrimos rivales.
De todos los Médici, uno de los más eminentes fue Lorenzo (apodado
el Magnífico) no sólo por su trabajo como banquero
y gobernador del principado, sino por haber sido el mecenas más destacado
de su tiempo, el mismo que apadrinó ni más ni menos que al gran
Miguel Angel. Tal fue la envidia que provocaron en sus rivales, que los Pazzi
decidieron borrar a los Médici del mapa: el 26 de abril de 1478, intentaron
asesinar a Lorenzo mientras asistía a misa en la catedral de Florencia.
El plan no fue del todo exitoso: el que murió (desangrado) no fue Lorenzo
sino su hermano menor, Giuliano, mientras el Magnífico corría
para refugiarse en la sacristía de la iglesia.
De la escena del crimen sólo quedó una camisa empapada de la sangre
de Giuliano que, junto a un mechón de pelo negro y un puñado de
dientes extraídos a Lorenzo luego de su muerte en 1492, fue recientemente
redescubierta en el Palazzo Medici Riccardi, luego de perderse durante la inundación
del río Arno en 1966. Tales restos de los hermanos Médici se exhiben,
desde la semana pasada, en Florencia como parte de la exposición titulada
Cuartos Secretos, cuartos esfumados. Ya llamaron la atención
de varios italianos, incluso la de los científicos: un grupo de microbiólogos
de los laboratorios florentinos del Opificio delle Pietre Dure planean analizar
el ADN de estos restos para averiguar un poco más sobre la vida y muerte
de Lorenzo y Giuliano Médici. Otra de las tantas formas que últimamente
la ciencia ofrece para conocer la historia.
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