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MI MANO IZQUIERDA [Discover]
Lo dijo alguna vez Mirtha Legrand en sus almuerzos exultantes de tolerancia y pretensiones integristas: “Se viene el zurdaje”. Y, según parece, después de todo tenía razón. O casi: un grupo de investigadores australianos de Queensland Institute of Medical Research en Brisbane confirmaron que las personas zurdas vienen en aumento en el mundo. Lamentablemente (para la conductora), el estudio internacional hizo un conteo global de las personas que hacen prácticamente todo con la mano izquierda sin darle importancia a su orientación ideológica.
En vez de contar cabeza por cabeza a cada unos de los zurdos del mundo, el equipo liderado por Sarah Medland revisó una vieja encuesta a once mil adultos, realizada hace diez años.
Al desempolvar los registros, los australianos se percataron que más que certezas había muchos errores. Por ejemplo: cuando los entrevistados afirmaban que arrojaban una pelota, usaban la tijera y se lavaban los dientes con la mano izquierda, pero que escribían con la derecha, firmemente los anotaban como diestros y, en el mejor de los casos, como ambidiestros, con lo que el número de zurdos parecía nunca aumentar. Así que Medland prefirió reconfigurar los cuestionarios y no otorgarle tanta importancia a la mano con la que se escribe sino a la cantidad de otras actividades que los encuestados hacían con su mano izquierda.
El resultado fue que casi el diez por ciento de los seres humanos que hay ahora en el mundo son zurdos (cerca de seiscientos millones de personas); que son muchos más los hombres zurdos que las mujeres zurdas y se dio por tierra con aquella noción muy en boga en los sesenta que decía que ser zurdo era un defecto, que la dislexia y la tartamudez son más frecuentes en los zurdos y que los zurdos tienen tres veces más posibilidades de convertirse en alcohólicos.
Sólo les faltó hacer tomografías masivas para comprobar lo que ya muchos saben seguramente por inducción: el alto grado de creatividad y sensibilidad de aquellos que se mueven por el mundo con la mano izquierda. Newton, Einstein, Goethe, Kafka, Mark Twain, Da Vinci, Miguel Angel y Picasso, Beethoven, Mozart y Chaplin son apenas un puñado de ellos.

LA VENTANA INDISCRETA [ASTRONOMY]
Una estación espacial puede no tener bidet, pileta, terraza o cancha de fútbol. Pero si pretende ser una estación espacial como la gente debe contar sí o sí con una majestuosa ventana por donde sus tripulantes puedan asomar sus narices y caerse –sin gravedad que medie– de espaldas. Por eso, todo el mundo celebra la nueva incorporación a la estación espacial internacional: la “Cupola”, una torre de observación de aluminio presurizado –construida por la empresa aeroespacial italiana Alenia– y que le costó a la Agencia Espacial Europea la módica suma de 21 millones de dólares.
Revestida con paneles especiales a prueba de meteoritos, la ventana de 80 cm de ancho, 1,5 m de altura y 2 m de diámetro es la más grande hecha hasta ahora en la historia espacial humana y será puesta en órbita en enero de 2009 cuando se la ensamble al “nodo 3” de la estación. La superventana, además, tiene un espesor de 10 cm y a través de ella los astronautas podrán controlar un brazo robótico a más de 335 km sobre la superficie terrestre.
Aunque el ensamblaje de la estación espacial está en pausa desde que el transbordador estadounidense Columbia se desintegró sobre Texas durante unreingreso a la atmósfera el 1º de febrero del 2003 (y murieron sus siete tripulantes), las partes de la “Cupola” ya van en camino hacia el Centro Espacial Kennedy en Florida donde será testeada y puesta a punto.
“La Cupola será el ojo de la estación espacial, muy parecida a lo que es la torre de control para un aeropuerto”, dijo Dieter Isakeit de la Agencia Espacial Europea. Por el bien de los involucrados, será mejor que el ojo sea bien curioso.