FINAL DE JUEGO
Donde nadie se preocupa por el biólogo asesinado y Kuhn se pregunta por el Comisario Inspector
Por Leonardo Moledo
–Usted se preguntará por qué nadie se preocupa por el biólogo asesinado –el anciano director del Departamento de Matemáticas se dirigía directamente a Kuhn–. Lo que ocurre es que uno se embarulla con todas las cosas que pasan aquí. Además, los asesinatos son una cuestión que compete directamente a la policía; no tiene nada que ver con nuestras respectivas funciones, ya sea en el terreno de la evolución de las especies, o de los tratados internacionales.
–Estamos pensando en un nuevo tratado internacional –dijo el embajador de Inglaterra– pero no sabemos con quiénes firmarlo. ¿A usted no se le ocurre?
A Kuhn no se le ocurría. Por lo visto, esta gente se movía en un paradigma muy distinto al suyo. Extrañó al Comisario Inspector, que... ¿dónde estaba?
–¿Pero quién era el biólogo? ¿Cómo se llamaba?
–Los biólogos no tienen nombre –dijo el naturalista– salvo cuando publican en una revista internacional un paper, al que, naturalmente, agregan el nombre del decano.
–¿Agregan el nombre del decano a su propio nombre?
–Es una disposición del Consejo Directivo –dijo el naturalista–. Ahora se está tramitando un convenio con el Registro Civil para que el nombre del decano figure en los documentos de todos los que trabajan aquí. El decano quiere tener un cargo honorario también en el Registro Civil, que se pueda agregar a todos los que lucen en sus bustos de bronce.
Kuhn no podía creerlo, pero no era lo único que no podía creer.
–¿Pero ustedes no tienen idea de por qué asesinaron al biólogo?
–¿Cómo podríamos tenerla? –dijo el embajador de Inglaterra–. Nosotros estamos enfrascados en un proyecto progresista que nos dará fama imperecedera.
–Y al decano también –dijo el naturalista, atento al Ojo de Horus–.
–Me gustaría conocer al decano –dijo Kuhn–.
–No creo que lo reciba –dijo el Director del Departamento de Matemáticas –¿Qué cargo tiene usted?
–Ninguno –dijo Kuhn.
–Entonces, ni lo sueñe. El decano sólo recibe a las personas con cargo.
–Me parece que me voy a hablar con los policías –dijo Kuhn, mientras salía. El naturalista y el embajador inglés se quedaron hablando de sus proyectos fabulosos.
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Creen que Kuhn conseguirá hablar con el decano? ¿Y dónde estará el Comisario Inspector?
Correo de lectores
¿Por que le guiño el ojo?
Evidentemente, el Decano quiere convencer a Kuhn de que se le una, ya que no lo considera un mediocre (ningún extranjero lo es). El biólogo fue muerto por una simple cuestión de probabilidad: son los más abundantes. ¿O habrá sido un “no mediocre” disidente?
Aníbal Carbajo
San Martin y la viruela
En relación con la nota sobre la viruela, quería poner en conocimiento que el Libertador Gral. Don José de San Martín, al frente de la gobernación-intendencia de la provincia de Cuyo, expidió el 17 de diciembre de 1814 un bando acerca de la necesidad de divulgar entre la población y el ejército la vacuna antivariólica.
Sergio Aronas