ENTREVISTA CON DANNY PORATH, FISICO ESPECIALISTA EN NANOTECNOLOGIA
El ADN como conductor
Por Mónica Salomone
El País
El físico Danny Porath, israelí de 39 años, estudia las propiedades conductoras del ADN, su capacidad para transmitir electrones, con la idea de que tal vez en el futuro la molécula de la doble hélice pueda ser un nanocable que mida apenas millonésimas de milímetro, y que conecte los componentes de un procesador. También hay otras posibilidades. En esta entrevista, el investigador de la Hebrew University (Jerusalén) revela las nuevas posibilidades secretas del ADN.
–¿Qué ventajas tendría el ADN para construir ordenadores?
–El problema de partida es que hay un límite al grado de miniaturización de los microprocesadores actuales. Así que buscamos otros métodos para miniaturizar las estructuras de modo más preciso y más barato. Se habla de bajar a la escala de 1 o 2 nanómetros, que es donde encuentras moléculas. Sobre qué molécula usar, una opción, no la única, es el ADN.
–¿Qué ventajas tiene el ADN sobre otras moléculas?
–Una es que la molécula de ADN está compuesta por dos cadenas que se ensamblan según un código, de forma específica. Eso significa que si tienes varios electrodos de metal, cada uno con una hebra de ADN, cada electrodo se ensambla con el que tú quieres. Otra propiedad del ADN es que tiene elementos distintos a distancias muy pequeñas, lo que implica una densidad de información altísima. Además, se sabe muy bien cómo manipular el ADN: hay enzimas que conectan, cortan, identifican secuencias específicas... Y se puede pensar en construir elementos lógicos. Luego está la posibilidad de que el ADN transporte corriente eléctrica.
–¿Cuándo se empezó a pensar en la conductividad del ADN?
–La idea surgió a principios de los ‘60, pero nadie la siguió. Años más tarde se colocaron moléculas a ambos extremos de un fragmento de ADN y se comprobó que podían pasar electrones de una molécula a otra. Pero el experimento fue muy controvertido. Ha habido otros, en los que, por ejemplo, se coloca el ADN entre dos electrodos como si fuera un cable. En uno se metabolizaba el ADN, añadiéndole átomos de plata, y se demostró que así se volvía conductor. El cable así construido no era más pequeño que los actuales, pero lo que se pretendía era explorar qué nos ofrece la naturaleza para hacer cosas completamente distintas.
–¿Le ha resultado compleja la parte biológica de su investigación?
–No sabía nada de biología, así que tuve que ir a los libros de texto. Luego empecé a trabajar con un biólogo y realmente lo pasé muy bien. Los físicos, ya sabe, cogemos un sistema, lo partimos en sus ingredientes más pequeños, entendemos cómo funciona cada uno y de ahí creemos entender todo el sistema, lo cual es bastante ingenuo. Los biólogos, en cambio –y esto es una simplificación extrema, espero que nadie se ofenda–, estudian el comportamiento del sistema completo y creen que así serán capaces de entender lo que pasa dentro, lo cual no es menos ingenuo.
–¿Qué resultados ha obtenido? ¿Puede el ADN conducir la electricidad o no?
–Hemos demostrado que un fragmento de 10 nanómetros de ADN de una determinada secuencia homogénea puede transportar corriente eléctrica.Pero hoy parece claro que el ADN en su versión natural no es conductor. Lo que muchos grupos hacemos es modificar el ADN para preservar sus buenas propiedades y al tiempo mejorar su conductividad.
–Si se demostrara que es posible, ¿cómo se aprovecharían esas propiedades del ADN? ¿Serviría para almacenar información, por ejemplo?
–Imaginemos, por ejemplo, que el ADN tiene una altísima conductividad dependiendo de la secuencia. Hay secuencias conductoras y otras aislantes. Así puedes construir un fragmento de ADN conductor y otro no conductor: corriente-no corriente, como los ceros y unos del código binario. Podemos aprovechar el enorme detalle, la precisión, en la estructura del ADN, su alta densidad de información, para hacer esto de forma muy precisa.
–La nanotecnología se asocia a menudo con escenarios de ciencia ficción, con nanorrobots que se autorreplican, que bucean por el torrente sanguíneo humano... ¿Es eso realista?
–Ahora mismo, en nanotecnología, las predicciones exageradas y las realistas se mezclan. La nanotecnología abre muchas posibilidades. Ya existen dispositivos similares a los que menciona, micromáquinas con componentes nano, dispositivos que se introducen en el cuerpo para hacer pruebas médicas... Creo que se fabricarán dispositivos nanoelectrónicos, tal vez con ADN, tal vez con otras moléculas. Ahora bien, estamos en la vanguardia del conocimiento, en cosas que nadie conoce aún. Pero hay una diferencia entre hacer cosas en la frontera de la imaginación y del conocimiento y hacer cosas imaginarias y de ciencia ficción. La frontera puede ser sutil, pero existe.