futuro

Sábado, 19 de octubre de 2002

CLONACION HUMANA

¿Y dónde está el peligro?

–Uno de los temores que suele aparecer en el imaginario colectivo, no bien se nombra el tema de la clonación, es la posibilidad cierta de la clonación humana. Quería saber qué opinan ustedes al respecto y si la técnica está hoy en condiciones de obtener clones humanos.
Calvo: –Yo estoy en contra de cualquier tipo de clonación humana. Ahora, estrictamente desde el punto de vista científico, se cuenta con toda la tecnología y evidentemente lo que les mostró Daniel bien puede aplicarse al ser humano; se tiene la maquinaria, la tecnología, se sabe cómo mantener a esas células fuera del organismo, de hecho es lo que se hace con la fertilización asistida. Pero, según tengo entendido, la clonación de primates, sean humanos o no, tiene muy baja eficiencia y generalmente no funciona tan bien como en terneros, ovejas y ratones. Porque en los primates el sistema que organiza la división de cromosomas en los primeros estadios de la división celular proviene de un material que trae el espermatozoide. En la clonación humana no habría espermatozoide, de modo que esa “organización” debería venir del óvulo y de la célula.
Entonces, el peligro está en que no se pueda organizar perfectamente esa separación de cromosomas, porque falta el factor que aporta el espermatozoide. Aparte de los problemas éticos por los que yo me opongo, en estos momentos me parece que sería demasiado arriesgado y criminal intentar la clonación humana.
–¿Y entonces cuál es el problema ético?
Calvo: –El problema ético deviene de la respuesta a esta pregunta: ¿para qué se va a usar la clonación? Normalmente la clonación humana podría tener dos fines. Uno es el reproductivo, y es el fin al que se oponen casi todos los científicos, porque justamente uno de los grandes hallazgos de la naturaleza es la variabilidad genética. Precisamente la reproducción sexual se desarrolla para que al combinarse espermatozoide y óvulo cada uno aporte los mejores genes. Volver atrás en esto, y reducir a una sola la dotación genética es peligroso, y nadie tiene derecho a decir “mis genes son tan buenos que se los voy a transmitir enteritos” a éste mi clon. La otra es la terapéutica, es decir, generar un embrión en los primeros estadios de diferenciación y a partir de ahí obtener todo el organismo con las células pluripotenciales. La idea sería: yo tengo una enfermedad neurodegenerativa y una posible solución sería administrarme células frescas que reemplazaran a las neuronas que se me están degenerando. Ahora, yo no puedo recibir neuronas de cualquier otra persona porque mi organismo las rechazaría. La solución sería obtener esas neuronas de mi propio organismo, a través de un clon de mí en los primeros estadios de diferenciación de ese embrión –seis o siete días– y, a través de esa masa de células pluripotenciales, generar neuronas que en definitiva van a ser las mías. Pero lo que hicimos fue generar un embrión para destruirlo. Y eso es un primer punto que éticamente no me parece; además, como esas células también van a tener muy probablemente el mismo gen defectuoso habría que manipular ese embrión genéticamente para que esa enfermedad desaparezca. Lo cual abre la posibilidad de que uno empiece a modificar genes, le pone unos, le saca otros... No sé si vieron la película Gattaca, en la que las personas decidían cómo tener a sus hijos: si los tenían vía reproducción natural, nadie lo prohibía, pero ese chico resultaba un inválido porque tenía todos mis problemas genéticos, los de la madre, etc.; en cambio, si se lo hace por fertilización asistida y se saca genéticamente todo lo malo, se puede agregarle incluso algún gen extra.
Salamone: –La clonación humana ha sido un tema de mucho debate conmigo mismo. Manejar este tipo de tecnología es una suerte de condena porque uno siente una especie de obligación... si uno puede ayudar y no lo hace está cometiendo un error o un pecado, aunque igual es verdad que uno no tiene que hacer todas las cosas que puede. El hecho concreto es que lo pensé mucho, sobre todo en los términos terapéuticos que mencionaba Juan Carlos Calvo. La verdad es que la idea de la clonación humana me hace sentir incómodo. Pero yo no prohibiría la clonación terapéutica, y si realmente hubiera una terapia que ayudara a la gente sería abierto aunque por mi parte me sentiría incómodo trabajando.
En cuanto a la clonación con fines reproductivos, desde el punto de vista estrictamente médico, es desaconsejable hoy. Fíjense: de los cinco terneros clonados, que son normales, hubo tres que nacieron con sobrepeso, están evolucionando muy bien, pero son más sensibles que los animales normales; por eso someter a un hijo a un problema inicial o que haya una enfermedad de por vida ya sería mucho, podría haber anormalidades y podría no estar funcionando correctamente todo. Y según la experiencia mundial todavía hay un enorme desconocimiento. Igualmente no sería dogmático al respecto. Imaginemos que pensamos que no hay que modificar genéticamente al hombre, y que todos estemos de acuerdo con eso, ¿qué pasa si mañana hay una terrible enfermedad o un gran cambio en el clima global que implica que la humanidad sólo pueda ser salvada modificándola genéticamente? O sea, para muchas cosas diría que no. Imaginen que Dolly sólo tiene 8 años y no sabemos estrictamente cómo va a envejecer, si normalmente o no. Yo sigo con mucho interés a los animales clonados; estamos viendo qué pasa, estamos apenas en el terreno experimental y sería muy desacertado pasar ya a los humanos.

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