El precio de la “libertad”

En cuestiones de herencia, ellas tendrán la mitad que sus hermanos varones. Si de matrimonio se trata, las mujeres necesitarán el permiso de su familia, tengan la edad que tengan. ¿Divorcio? Claro, ellos pueden divorciarse sin más trámite que repetir tres veces su deseo en voz alta. Ellas, por su parte necesitarán permiso de un clérigo para que las autoricen a presentarse en los Tribunales pidiendo la separación vincular. Son las delicias de la nueva constitución iraquí, parida después de las supuestas “elecciones libres” que auspició “el eje del bien”, con el señor G. W. Bush a la cabeza. Se supone que este texto, criticado abiertamente por la organización Mujeres por la Libertad en Irak –”nos hará inferiores y prescindibles durante generaciones”– será aprobado el 15 de agosto, ya que no hay mayor oposición dentro de las cámaras. Desde Human Rights Watch también se refirieron a la letra de la ley: “Será mala para las mujeres —dijo Sami Rasouli, desde Irak– y también para el pueblo iraquí en general”.

Sacerdotisas en la frontera

Cuatro mujeres fueron ordenadas sacerdotes y otras cinco diáconos en una ceremonia que se realizó entre la frontera de Estados Unidos y Canadá, sobre el río San Lorenzo. El lugar elegido fue estratégico, ya que ninguna diócesis católica tiene jurisdicción sobre el área y así no se pudo prohibir el rito. Ya en 2002 se había intentado ordenar a siete mujeres —lo hizo un obispo argentino en el río Danubio– que fueron excomulgadas por el entonces cardenal Josef Ratzinger. Tres de las mujeres ordenadas entonces oficiaron la ceremonia del miércoles 27 de julio, organizada por la Conferencia de Ordenación de Mujeres, una organización de sacerdotes mujeres de Estados Unidos.

El tsunami eligió mujeres

Cuatro veces más mujeres que hombres fueron arrastradas por la ola gigante que destruyó buena parte del Sudeste asiático, según Oxfam Internacional. ¿Las razones? “Los hombres estaban fuera de sus hogares, en cultivos o pescando. Además, la mayoría de las mujeres no sabía nadar. Este desequilibrio está generando ahora problemas en los ámbitos domésticos, familiares y sexuales. Las sobrevivientes ya han padecido situaciones de violencia sexual en campos de desplazados. Y las adolescentes y niñas están siendo casadas, ante la falta de mujeres de edad adulta.

Explotación sexual en el Gran Mendoza

Según un relevamiento hecho por el Consejo Provincial de la Niñez y la Adolescencia, con el apoyo de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina –que realizaron encuestas–, el Gran Mendoza es una zona roja de explotación sexual infantil que crece al amparo “de la hipocresía generalizada que prefiere no ver el problema”. Marcelo Altamirano, del hogar Casita Puente Afectivo, declaró que “este es el segundo lugar del país con mayor cantidad de proxenetas que corrompen menores de edad, tanto niñas como varones”.