El We Can Do It de Rosie la Remachadora sigue sonando fuerte y claro entre damas a lo largo y ancho. Sin más, este ícono feminista y pop, que viera la luz primeramente en los 40s, ha sido caracterización favorita de ilustres, prontas a arremangarse las azuladas camisas, con la frente bien en alto. Beyoncé hizo lo propio el pasado año revolucionando Instagram; Alexis Bledel (otrora chica Gilmore de Gilmore Girls) posó como tal para revista Glamour; y hasta Marge Simpson fue doña de tapa llevando la roja bandana y el puño en alza. Pues, diseñada por el artista J. Howard Miller a partir de la fotografía de una señorita de 17 (Geraldine Dowle, guapérrima joven que trabajaba en una acería) con el fin de llamar a las mujeres a apoyar desde las fábricas el esfuerzo bélico de la Segunda Guerra Mundial, algo es certero: Rosie sigue haciendo historia (además de continuar su destino iconográfico de revoltosa feminista, claro).

Ocurre que las pasadas semanas –en honor a la exactitud, el último 24 de octubre– 2.097 mujeres, muchachas y niñas se calzaron el traje de Rosie en Ypsilanti Township, Míchigan, Estados Unidos, tras haber viajado desde decenas de ciudades del mentado país y desde Canadá. ¿La intención? Marcar otro hito: el récord Guinness a más remachadoras reunidas en una misma fotografía. Entre las cuales, dicho sea de paso, estuvieron 43 “Rosies originales” (léase, mujeres de factorías de los 40) que prestaron los musculitos a la exitosa empresa. Empresa que, por otra parte, tenía por intención sumar fondos para preservar la planta Willow Run, donde damas asistieron en el ensamble de bombarderos aéreos en la época de antaño, y convertirla en museo que rinda tributo a la labor femenina de aquellos años. A la espera de la “autenticación” oficial de Guinness (pronta a suceder), quedan los antecedentes: las 800 Rosies que se encontraron en marzo de 2014 en el mismo sitio, amén de rescatar al recinto de la demolición; y las 1.084 Rosies que se congregaron en Richmond, California, el pasado agosto para recordar a las remachadoras. Y ahora, sí, las más de dos mil damas que volvieron a decir “Podemos hacerlo”. La unión, como de costumbre, ha hecho a la fuerza.