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Para quienes suelen quejarse de la falta de control de lo que se “cuelga” en la web o en las distintas redes sociales, he aquí un ejemplo de abnegación que no teme derrapar en el absurdo: Facebook —esa red social que ha hecho posible cientos de miles de encuentros de compañeros y compañeras de escuela hasta 25 años después— ha decidido bajar cualquier imágen en la que aparezca un pezón desnudo, aun cuando éste esté siendo usado para amamantar.

No hay datos concretos sobre cuántas fotografás han sido retiradas de Facebook por mostrar un pezón antes o después de que un bebé se prenda a él y lo oculte primorosamente, pero la animosidad de los usuarios en contra de la medida demuestra que no son pocas.

La usuaria de Facebook, Kelli Roman, de Camberra, fue la primera madre cuyas fotografías retiraron de la red social y quien inició la campaña a favor de la publicación de este tipo de fotografías. Barry Schnit, el portavoz de Facebook, indicó —en un alarde de altura para el debate público— que la mayoría de las fotos de bebés que están siendo amamantados no son retirados de la red social porque cumplen las normas de uso. Claro, las fotos tienen que ser de bebés. Y nada más.

Hey Facebook, breastfeeding is not obscene (Facebook, la lactancia no es obscena) es el nombre del grupo en la red social que cuenta con 120 millones de usuarios, abierto para quejarse contra esta forma de censura. 93.000 miembros, más de 1600 temas de debate en su foro, 11.600 comentarios y una manifestación de carne y hueso frente a la sede de Facebook en Palo Alto —el último 27 de diciembre— es lo que lleva acumulado el grupo hasta ahora. Además de cerca de 10 mil perfiles en el mundo que eligieron poner en su portada una foto amamantando para desafiar tamaña pavada como aplicar a estas imágenes los mismos criterios que se aplican al material abiertamente pornográfico.

En una época de discusiones acerca de diferentes aspectos a mejorar en la sociedad de la información —donde la regulación de contenidos y la neutralidad son los dos temas que pronostican batallas campales y globales— cabe preguntarse si es que los chicos de Facebook no tienen nada mejor que hacer.