Viernes, 19 de junio de 2009 | Hoy
[IN CORPORE]
A pesar de que los sectores reivindicados como pro vida suelen entrometerse en las habitaciones de niñas de 12 años embarazadas después de haber sido violadas o prometer casas a mujeres discapacitadas que quieren interrumpir un embarazo producto de un abuso sexual, la palabra vida –y la defensa de la llegada a la vida de una manera amorosa y respetada– se diluye cuando no se trata de combatir la posibilidad de abortar sino de parir de una manera libre y cuidada.
El 7 de junio fue el Día Internacional por los Derechos en el Nacimiento y el Parto Respetado. La fecha, sin embargo, no caló en la agenda sanitaria, pública, ni mediática. No hay afiches que cuenten que las mujeres tienen derecho –por ley– a parir acompañadas de su compañero, de su mamá o una amiga, a elegir la posición desde la cual poder pujar más cómodas y confiadas en sí mismas y que la peridural y la episiotomía tienen que ser decisiones de la mujer y el equipo médico, pero no procedimientos de rutina, entre otros muchos derechos.
Aunque el más elemental e incumplido de los respetos es el simple –y ausente– buen trato. La palabra de aliento que puede hacer que una mujer exhausta y asustada apele a su fuerza y confianza y dé a luz con todas las letras y todo su cuerpo. O que, por el contrario, una mujer humillada retroceda en sus pujos y quiera terminar con su parto como un mal trámite después que una enfermera le diga –como relatan miles de mujeres expuestas a las camillas de agobios en el conurbano bonaerense– “si te gustó el carozo, ahora bancate la pelusa”.
El sexo tiene que –y debe– ser un placer; el embarazo, una elección, y el parto, una parte de la vida difícil, dolorosa, intensa y gozosa. En este sentido, la Presidenta del Instituto Nacional Contra la Discriminación (Inadi), María José Lubertino, expresó: “Reclamamos el cumplimiento de la Ley nacional 25.929, que establece los derechos de las madres, los padres y los hijos/as en el proceso de nacimiento, que fue sancionada en el 2004 e incorporada al Programa Médico Obligatorio y rige los partos realizados en el ámbito público y privado, incluyendo las obras sociales y las prepagas”.
Antes del momento del parto se puede consultar en el 0800-999-2345 cuáles son los derechos de las madres, los padres y los bebés, para llegar al momento en que las mujeres están más vulnerables, al tanto de sus posibilidades y sus potencialidades. También se puede denunciar a ese mismo teléfono si alguno de sus deseos no se cumple, que es otra manera de parir el derecho a ser respetadas.
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