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La policía de Santa Fe difundió, en un boletín informativo electrónico (que se podía ver en el sitio www.apropol.org.ar), un reclamo gremial dirigido al ministro de Seguridad provincial, Daniel Cuenca, por una presunta deuda de treinta millones de pesos que el gobierno local mantendría con la policía por el retroactivo de ascensos correspondientes al año 2006. Lo sorprendente de la nota no estaba en su contenido —el reclamo— sino en el chiste que la graficaba. En el gráfico —supuestamente humorístico— se encuentran dos varones (¿proxenetas ellos tal vez?) junto a dos mujeres: una niña con un osito de peluche en sus manos y una joven universitaria recién recibida —tal como parecería indicarlo el tradicional gorrito negro de las egresadas—, con sus ojos vendados y posiblemente alcoholizada. En el chiste, lejos de toda sutileza, se dejaba a las claras las intenciones sexuales de ambos señores con la niña y la joven, ya que se los muestra sobre una cama y con sus cuerpos desnudos.

Este “chiste” es indignante. Primero, porque abiertamente pretende tornar como humorística la violación de la integridad sexual de una niña y de una joven que están en una escena sexual en contra de su voluntad. Además, porque quien hace y publica ese chiste es justamente quien debiera cuidar de esa integridad, prevenir y perseguir a quienes la violan. Por eso, es lamentable que sea un sector de la policía el responsable de publicar este tipo de denigraciones sobre las mujeres explotadas sexualmente.

Por otra parte, las palabras puestas en boca de uno de los varones que participan de la ignominiosa diversión (“¡Che Cuenca tiene razón!, pongamosnó las pilas y pagemosle (sic) a los vigis”) exigen preguntarse qué vínculo existiría entre funcionarios públicos y proxenetismo. Es inevitable interrogarse: ¿Cuál es el origen de los fondos públicos con los que se pagan las remuneraciones salariales de las fuerzas de seguridad? ¿Y por qué el debate sobre los fondos se da arriba de una cama?

Santa Fe es una de las provincias que da origen a la mayor cantidad de varones proxenetas involucrados con la trata de personas en nuestro país; en su territorio los tratantes pueden actuar con impunidad; los secuestros de mujeres y niñas para ser explotadas sexualmente están a la orden del día y la guía oficial “Plano Turístico y Guía útil, Santa Fe 2009”, distribuida por la Subsecretaría de Turismo de la Ciudad de Santa Fe, promociona bajo el rubro “diversión” una gran cantidad de lugares que los vecinos identifican como prostíbulos.

Por todo esto, el humor de “Apropol” es poco menos que monstruoso. Bordea bajo el disfraz del “chiste” la apología del delito. Y expresa sin tapujos la misoginia de la policía santafesina. No pongo en cuestión el reclamo que este sindicato lleva adelante. Pero ¿no sería mejor que en lugar de seguir victimizando a las mujeres hicieran sus reclamos con el grado de seriedad y madurez que deberían tener quienes están para proteger a la comunidad? ¿No sería mejor que se dedicaran a perseguir a los proxenetas en vez de caricaturizarlos y pretender con ello legitimar sus reclamos?

* Historiadora y diputada nacional por la Coalición Cívica.