Viernes, 9 de julio de 2010 | Hoy
MONDO FISHION
Por Victoria Lescano
Reafirmando los lazos entre la escena clubber y la moda, el club itinerante y noctámbulo Namunkurá celebró sus cinco años en Previuos, locación de la calle Hipólito Yrigoyen donde antaño funcionó la mítica disco Morocco y valiéndose de flyers con guiños cómplices y celebratorios de las revistas de moda. Fundamentó entonces sobre tales cruces Sebastián Guajardo, su fundador: “La noche es un semillero de artistas y de tendencias. Considero que lo que luego se transforma en moda suele originarse en los márgenes y allí sitúo a artistas, ciertas tendencias, a creativos, musas inspiradoras y consumidores de lo nuevo. En el club destaco a Charly Darling, la Drag Queen principal de Club Namunkurá como una eterna musa nocturna. La destaco por ser alguien a quien no podés ni debés dejar de mirar porque está siempre un paso adelantada. Y entre las protagonistas de campañas para flyer posó también La Coqui, hija de Isabel Sarli –actual diseñadora de una línea de zapatos muy pin-up–, cubierta con un tapado blanco de su mamá, que lleva el nombre de la diva bordado adentro, como toda su colección de abrigos de la Coca. Pero el hecho de que nuestros flyers se conciban como campañas de moda está directamente relacionado con mi trabajo diurno en la firma Ona Saez. Muchas de las personas que trabajan conmigo de día aportan lo suyo en mis noches. Así es como Civiles, Revista Remix o Nora Lezano aportan lo suyo a la causa. Porque después de tantos años de idas y venidas acepté que Club Namunkurá es una causa”.
Quien alguna vez haya visitado la fábrica Ona Saez donde Guajardo oficia de creativo junto al diseñador pudo haber visto campañas con tomas de colección pop y personajes rescatados de la disco de marras. Dice Sebastián acerca de su ingreso a esa firma: “A Santiago Sáez lo conocí una tarde en que fui a mostrarle unos diseños de remeras y me compró tres diseños. De a poco me fue llamando para hacer otros trabajos hasta que un día me propuso comprarme una compu y llevarme a trabajar para él. Cuando hace dos años hizo desfile de Ona Saez en Baf Week, montamos una gran discoteca. Así hacemos todo el tiempo. Tenemos un modo de trabajar que empieza cuando toda la fábrica se va a su casa. Nos sentamos frente a mi compu o en su oficina y así surge todo, desde las remeras, las vidrieras hasta las campañas”.
Sebastián –quien escogió el apodo Sebas Nanumkurá por su devoción por Ceferino– llevó la imagen de esa estampita tanto en un retrato de la fotógrafa Nora Lezano como a un tatueja con letras góticas su espalda: “Estudié Bellas Artes, soy profesor de pintura. Después la vida me fue acercando a las computadoras y al diseño gráfico. Mientras iba a la Pueyrredón empecé trabajos sobre la imagen de Ceferino, una suerte de collagefotomontaje donde armaba Ceferinos skaters y Ceferinos modelos, hasta que hace unos años para la fiesta de fin de año en Namunkurá la fotógrafa Nora Lezano me dijo: ‘vos tenés que hacer de Ceferino y yo te saco la foto’”, fundamenta.
–No lo puedo especificar porque los primeros años hacíamos eventos mensuales, después fueron quincenales, semanales y en vísperas de feriados. Nunca fuimos muy regulares. Cambiamos mucho de locales y periodicidad. La fiesta reciente en Previous fue muy esperada. Habíamos hecho otra el año pasado y como mucha de la gente que trabaja conmigo se había iniciado en la disco Morocco, era ansiado que se celebrara allí. Recuerdo que allí fue asistente de Dr Trincado el día en que cerró, una noche de gases lacrimógenos y dos cuadras de cola para entrar.
–Me atraen los lugares que viven del exceso: ya sea exceso de exclusividad, de freakismo, de ostentación o de pobreza. Todo al límite. Pues lo intermedio, standard y tibio me aburren y mucho. En mi listado de lugares inolvidables cito a Ave Porco, Nave Jungla, La City, Bunker, El Cielo, Ka2, Angels, Amérika, Cocodrilo, La X, en Mar del Plata, Kim y Novak, el único bar con códigos de discoteca. Pero considero que esta nueva década trajo consigo una tendencia a no bailar, a no divertirse, a llamar “rock” a lo que no es rock, a pensar en la foto del otro día en Facebook y no el momento actual. Mi generación es más de adherir al dicho “lo que pasa en la noche queda en la noche” y me parece que eso te hace disfrutar más el presente. Pero, volviendo a la estética, la belleza no remite a responder a ciertos cánones. Para mí la belleza está en lo auténtico, en lo desprejuiciado, en lo que no está hecho a medias tintas.
Por más información y cruces con la moda remitirse a www.clubnamunkura.com.ar
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