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Viernes, 9 de julio de 2010

TEATRO

Conjuro de mujeres

La vida de cuatro mujeres que tienen poco para perder, reunidas por un casting que les sirve de excusa para exponer sus historias personales. Rulos de yeso, la obra de Ana María Bovo, camina por la cornisa de la ficción, aunque hace pie en la vida cotidiana.

 Por Sonia Jaroslavsky

Inés, Nancy, Elisa y Gabita asisten a un casting de un reconocido director argentino. ¿A las mujeres les gustará el teatro o se vieron atraídas por cierta ilusión de tener visibilidad –algo preciado para muchas hoy en día– si es que se cumple la hipótesis de quedar seleccionadas para un rol a definir? ¿O es que simplemente “las chicas” (como se llaman ellas aunque están grandecitas) se presentaron a la convocatoria por falta de trabajo o por una jubilación indigna que necesita más pesos para completar el mes? Por esas u otras razones que aún desconocemos, cuestión es que las chicas no son actrices, ya que la convocatoria solicitaba mujeres que no lo fueran profesionalmente, aunque no estaba descartada la posibilidad para aquellas que hubieran atravesado alguna experiencia en cursos de teatro como aficionadas. Hasta aquí, se plasma una situación similar a las convocatorias que se realizaban para espectáculos de experimentación teatral, pero nada de eso. Señoras, no veremos teatro experimental. El casting en Rulos de yeso es una buena excusa dramatúrgica para escuchar a cada una de las féminas relatar sus historias personales.

El punto de partida de este espectáculo es curioso. Cuenta la actriz, narradora, dramaturga y directora Ana María Bovo que el proceso creativo de Rulos... surgió en el Festival de la Conversación que organizó en el año 2006: “Sobre 300 relatos autobiográficos que recopilé en mis talleres de Pensamiento Narrativo organicé ocho mesas de “conversadores y conversadoras”. “Participaron 70 alumnas y alumnos, entre ellas cuatro de las actrices de Rulos de yeso. Realicé para ello una dramaturgia que hiciera viable el intercambio de sus historias.” A partir de aquella experiencia, cuatro de esas mujeres insistieron en continuar reuniendo material destinado a otra mesa de conversaciones. A manos de la Bovo caían un sinfín de acopios hasta que en un momento se decidió a realizar un anclaje dramatúrgico sobre el pasado circense de una de las mujeres (Cristina Chillida, bisnieta y nieta de payasos). Por eso Rulos... está basada también en algunos materiales autobiográficos de las mujeres que actúan en la obra. Así fue como la directora mezcló una situación ficcional con un espacio “real”: el circo que dirige y donde vive el hermano de la actriz en las afueras de Madrid desde que se exilió de la Argentina.

Del casting en Buenos Aires pasamos al espacio del circo: la arena, ahora en España. Una promotora de cosméticos, una estatua viviente, una taquígrafa terapéutica son las profesiones de las chicas ahora sí elegidas para integrar un espectáculo que aborda “la dramaturgia del actor” y no se les da más pistas a las aficionadas. La acción transcurre en la pista del circo mientras esperan al director –que nunca llega– y así es que se deciden igual a sacar adelante el proyecto teatral. Porque a pesar de sus diferencias algo las une: no tienen nada que perder porque muchas ya lo han perdido todo. Abandonan el recuerdo que vuelve una y otra vez a partir de los relatos y fricciones entre ellas y se proyectan a futuro.

Bovo dice que en Rulos... se aborda la necesidad “que tenemos tanto los hombres como las mujeres de creer en nuevas promesas, en el “brillo enceguecedor de lo que parece ser una última oportunidad”. Por eso la idea del viaje, porque es la idea de una travesía. Responde al recorrido clásico de los relatos: parten de un estado de calma. Viene la agitación, luego la restitución de la calma. En esa restitución, después de un conjuro, todas saldrán transformadas. Un conjuro gallego, un conjuro de brujas, de hembras con furia que desean fervientemente ser felices, amar y ser amadas, y sentirse plenas: Pecadora lengua de la mala mujer / casada con un hombre viejo. / Infierno de Satán y Belcebú, / fuego de los cadáveres ardientes, / cuerpos mutilados de los indecentes, / pedos de los infernales culos, / mugido de la mar embravecida. / Vientre inútil de la mujer soltera, /maullar de los gatos en celo, / pelo malo y sucio de la cabra mal parida.

Rulos de yeso. Domingos, 18 hs. Beckett Teatro. Guardia Vieja 3556.
Reservas: 4867 5185. $40. Est. y jub. $25.

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