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Las evidencias son inobjetables. La gestión de la Ciudad en el ámbito de la educación viene empujando a la escuela pública hacia un terreno de crisis grave. Año tras año los problemas se van apilando uno sobre otro, no sólo en términos edilicios o de recursos materiales, sino también pedagógicos. A las frases hechas esgrimidas por los funcionarios y las fotos de algunas obras realizadas, enfrentamos hechos concretos: cientos de reclamos sin respuesta, matafuegos sin recarga, licitaciones que se suspenden sin causa justificada, la pretensión de financiar la gestión de gobierno con los fondos de las cooperadoras, que reciben subsidios reducidos y con demoras de cuatro o cinco meses, son sólo algunos ejemplos.

En ese contexto, el 11 de septiembre pasado, en más de veinte escuelas (jardines de infantes, primarias y secundarias) se realizó una jornada de reclamo y trabajo por la escuela pública. Cientos de madres y padres, con nuestros hijos e hijas, nos reunimos un sábado para hacer arreglos y al mismo tiempo para exigir a las autoridades y a los legisladores mayores fondos para la escuela pública, uso pleno del presupuesto educativo, transparencia en la gestión y soluciones urgentes a los múltiples problemas que aquejan a nuestras escuelas.

Pero el trabajo voluntario no reemplaza la responsabilidad del Estado; por el contrario, es una forma más –tan válida como otras– de reclamar a los funcionarios que hagan su trabajo y cumplan con la ley.

* Cooperador e integrante de Familias x la escuela pública www.familiasxlaescuela.org.ar