Viernes, 22 de julio de 2011 | Hoy
[IN CORPORE]
En Mendoza un hombre hizo una denuncia por un cartel ubicado en el Hospital Español, de Godoy Cruz, donde no aceptan que los homosexuales donen sangre. La causa llegó al Inadi local, que lo consideró discriminación, aunque el mismo estigma funciona en todo el país. Pero no sólo es un agravio a las personas que no pueden donar por un prejuicio, sino que además es seguir rotulando como grupos de riesgo a un sector de la población y no advertir que otros segmentos sociales –adolescentes, mujeres adultas, amas de casa, separadas, viudas, etc.– también están en riesgo –aunque puedan donar sangre– y generen un efecto multiplicador de la feminización del sida.
En este sentido, a través del marketing, las empresas de preservativos buscan que cada vez los compren, consuman o pidan más mujeres. No deja de ser un efecto del mercado para gente que puede participar del mercado. Pero la inclusión del deseo femenino en el packaging y el juego sexual es igualmente un envoltorio positivo.
–Hay productos que se diseñan para generar mayor placer genital, como por ejemplo los preservativos texturados, que fueron creados para ofrecer mayor estimulación e intensidad al placer femenino, ya que al estar formadas por relieves lineales y circulares ubicados en la superficie del preservativo otorgan un grado de satisfacción superior. Por otra parte, están los preservativos que vienen combinados con geles que producen efectos como sensaciones cálidas. A este grupo lo llamamos “los preferidos por ellas”.
Sin embargo, los productos no son sólo –igual que la sexualidad– explícitamente biológicos. La mayor crítica a los preservativos es que cortan (o pueden cortar) el calor que se arma entre dos cuerpos. Por eso, las innovaciones de mercado intentan que el preservativo no sea un estorbo en el deseo. ¡Pero que sería bueno colectivizar en innovaciones culturales incorporados por todos y todas más allá de los productos! En este sentido, la idea es que junto con el látex se haga un 2x1 de elementos que permitan estirar las caricias apasionadas para que el momento de colocación del condón no sea una bajada en la montaña rusa sino una vuelta más en el rodeo del deseo.
“Para estimular la imaginación y las fantasías, es decir, nuestra mente (la fuente de mayor estímulo), se desarrollan productos para divertirse en pareja y experimentar nuevas sensaciones. Por ejemplo, los kits de juegos, packs que combinan preservativos + geles sensuales + elementos lúdicos como plumas, lazos, dados, aceites, tangas para strip-tease. No hay recetas a seguir en este juego, sólo se necesita creatividad, confianza y predisposición a disfrutar”, recomienda Sica.
Y relata el avance femenino en apostar por combinar la preservación de enfermedades de transmisión sexual y/o el VIH y el goce: “En la compra de geles sensuales y kits de juegos, las mujeres llevan la delantera. Están más motivadas, se atreven a más, buscan experimentar mayor placer y por eso tienen muchas veces menos vergüenza. Con los preservativos es diferente, porque el hombre sigue siendo protagonista, aunque cada vez son más las mujeres que los compran y ya representan al 30 por ciento de las consumidoras”.
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