¡Cuántas pretensiones! 1) El espectáculo debe tener calidad mainstream. 2) Y ser capaz de presentarse en un comedor o en una villa. 3) Las y los artistas deben sentir ganas de ser parte del festival más importante de la Argentina. 4) Y de seguirle el ritmo a la gente del grupo de teatro comunitario Catalinas Sur, patrimonio social nacional si los hay.

El resultado: IV Festival Internacional de Títeres al Sur, que el sábado pasado se echó a andar desplegándose en la zona de Rivadavia hacia el Riachuelo, en Buenos Aires. Para esta nueva edición de la bienal, 1200 compañías de distintos lugares del mundo levantaron la mano con ganas de estar en la fiesta. La diversidad está garantizada: muchas embajadas, entre ellas de Italia, Kenia, Irán, Colombia, colaboraron para que titiriteras y titiriteros de esos países pudieran llegar hasta acá. También hay variedad en cuanto a las técnicas. Hay marionetas, títeres de guante, de mesa, de varilla, animación con plastilina, mujercitas y hombrecitos gigantes, de goma espuma. En la trastienda —hipnotizadas con sus muñecos y en la parte técnica—, la mitad de las compañías está formada por mujeres. Juntan muchos talentos en uno: el trabajo con la voz, la disponibilidad del cuerpo, la plástica, la dramaturgia. Y además de viajar hasta acá, nos llevan en el túnel del tiempo. “El títere surge con el hombre primitivo, cuando vio su sombra reflejada por las hogueras en las cuevas. Primero imitó las figuras con la piel de los animales que cazaba, y la madera. La figura del títere es anterior al teatro. Por eso sus personajes tienen algo que ver con la religión o la tradición de los héroes del lugar”, enseñaba siempre Sara Bianchi.

TE CUENTO:
22 compañías de 4 continentes
60 funciones gratis
$ 25 y $ 35, las entradas
4300-5707, tel. de informes o www.festivalalsur.com.ar
Hasta el 30/07