Viernes, 6 de abril de 2012 | Hoy
DIEZ PREGUNTAS A LUCRECIA CARRILLO *
–El primer impulso para hacer la obra fue el dolor y la impotencia ante la muerte de una campesina. Pero mientras más conocíamos a Eli, a través de los testimonios de quienes la conocieron, esa primera pulsión se iba transformando en una cuestión personal. En nuestros viajes a San Nicolás –donde vivió y murió Eli– aprendimos a querer a esta mujer fuerte, luchadora y a la vez llena de miedos y dudas como tenemos todos. También tengo miedo. En la etapa de investigación de este trabajo involucramos a mucha gente que nada tiene que ver con el arte ni tiene pretensiones artísticas, por eso tengo miedo a desilusionarlos, a no cumplir con sus expectativas respecto de las implicancias políticas y sociales que se puedan haber generado. Por otro lado, interpretar a Eli para mí es motivo de orgullo.
–Ojalá fuera así, sin embargo Siesta siempre tuvo un destino artístico. Quisimos alejarnos de lo panfletario, de lo propagandístico. Pero Siesta no es una obra inocente, como no lo son ninguna de las acciones humanas. Toda acción humana es política, mucho más el arte, mucho más esta forma de hacer teatro que defiendo, me enamora y me aleja del ego.
–Eli es la suma de todas las voces de quienes la conocieron. Y a la vez es todo lo que yo quise que fuera: la proyección de un mito. Chiquito, cotidiano, imperfecto... pero un mito al fin. El texto de Nerio Tello ayudó mucho en eso. “Mi” Eli Juárez es una metáfora. El retrato de una mujer de la que sólo escuchamos hablar.
–Encontramos que esa palabra que muchas veces está usada en forma peyorativa en referencia a la costumbre de los santiagueños y se asocia a la vagancia y a la dejadez nos servía para plantarnos en un lugar de transgresión. Desde este lugar, desintegrar el prejuicio y hacer saber que a la hora de la siesta se lucha, se resiste, se ama, se sueña.
–Sí, lo veo en el campo. Como colaboradora del Mocase VC (Movimiento Campesino de Santiago del Estero Vía Campesina) veo el rol de la mujer cada vez más preponderante. Este mismo caso, el de Eli Juárez, nos habla de una mujer liderando un levantamiento y sostenido, principalmente, por las mujeres de su comunidad.
–Me da vergüenza la manera en que a veces son considerados los campesinos. El prejuicio de algunos que creen que son incultos e incapaces de decidir por sí mismos. Me dan vergüenza aquellos que desprecian la sabiduría popular y ancestral.
–Para lo único que me considero imprescindible es para amar a mi hija.
–Me gustaría que la ley del Reconocimiento a la Actividad Musical, la ley del Chango Farías Gómez, que hace poco fue vetada por Macri, fuera sancionada y puesta en práctica y que, tomando su ejemplo, haya una ley que proteja a los artistas en general, no sólo a los músicos.
–Estoy a favor del aborto legal, seguro y gratuito para todas las mujeres.
–A cantar o bailar una chacarera. No importan las circunstancias, los santiagueños cantamos chacareras hasta en los velorios.
* Actriz. Nació en Santiago del Estero. Con Siesta representa la historia de Eli Juárez, una mujer campesina que murió frente a las topadoras que intentaban arrasar con una zona del monte santiagueño. Eli Juárez tenía 34 años y vivía en San Nicolás, a 60 kilómetros de la capital provincial. Su caso es uno entre una veintena de episodios trágicos que sufrió en los últimos años el campesinado de Santiago del Estero.
Siesta puede verse en el Teatro La Mueca. Córdoba 5300.
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