Viernes, 6 de abril de 2012 | Hoy
EL MEGáFONO)))
Por Docentes de Puentes Escolares de Chacarita
Somos docentes de Puentes Escolares, un programa del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad que, desde hace diez años, trabaja en seis centros con chicos y chicas en situación de calle. Nuestra labor consiste en revincular a esta población con la escuela brindando una alternativa educativa que la aloje en sus distintas dimensiones, para lo que previamente hay que construir un deseo de aprender, un proyecto que abra puentes hacia procesos de escolarización formal o no formal. Muchos de los chicos y chicas con quienes trabajamos viven en ranchadas, otros vuelven a sus casas en la noche, algunos van a la escuela muy de vez de vez, otros paran en los pasillos de las villas, pero todos se pasan la mayor parte del día en la calle: cartoneando, pidiendo o simplemente deambulando sin contar con la contención de ningún adulto.
En los centros de Puentes Escolares son recibidos por un equipo multidisciplinario de docentes, trabajadores sociales, psicólogos y talleristas con experiencia de años de trabajo. En el caso del centro que funciona en Chacarita, a los chicos los espera su cuaderno, una clase tan escolar como la que no pudieron tener en la escuela, un profesor de educación física con quien hacer deporte y una profesora de plástica con la que realizan maravillosas producciones. Además cuentan con un equipo técnico con quienes conversan sobre sus vidas, sus intenciones y sus deseos, que los acompañan al centro de salud o buscan la posibilidad de tramitarles un documento. La jornada se cierra cuando compartimos una merienda en la que conversamos, jugamos o escuchamos algún cuento.
Los inicios de Puentes Escolares trazan una brújula que impone y adhiere a una concepción de sujeto sostenida en el paradigma de atención integral de niños/as y jóvenes diferenciando y denunciando aquellos dispositivos destinados a perpetuar un modo de asistencia a la infancia ligado al encierro, al control y castigo. Nuestro objetivo es proponer una oferta educativa legítima para aquellos niños que por diversas situaciones no cuentan, o tienen vulnerado su derecho a la educación.
Es por esta razón que deseamos hacer público que el Gobierno de la Ciudad planea trasladar tres de estos centros, dejando sin alternativa educativa a alrededor de cien chicos de la calle. Nos enteramos de esta intención cuando el viernes 16 de febrero suspendieron las viandas sin previo aviso y al reclamarlas nos informan que los centros pasarían a paradores en otros barrios, en donde también son necesarios. A partir de allí todas fueron excusas más que explicaciones, “que los chicos vienen de provincia”, “que pueden merendar en otro lugar”, “que algunos están inscriptos en la escuela”, argumentos endebles porque olvidan la mirada pedagógica del programa y que ocultan la única verdad: necesitan tapar otras zonas calientes de la ciudad, pero sin agregar un peso más en educación.
Podemos soportar trabajar sin recursos (desde las tizas hasta el papel higiénico lo compramos nosotros) y con contratos precarios como lo venimos haciendo, pero no podemos permitir que se viole el único derecho que estos chicos y chicas (a los que ya se les vulneraron todos los derechos) están ejerciendo: el de educarse.
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