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Disfrutar del orgasmo es una conquista femenina de hace muy pocos años, el poder también. El poder y el orgasmo femenino por algo molestan. En 1952 se conquistó el voto y en la década del sesenta apareció la píldora, que permitió disfrutar sin tener que ser madre ni depender del coitus interruptus del varón. En esta semana, la revista Noticias mostró a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en una clara posición de exaltación sexual y acusando de que su goce se debe a su –presunto– autoritarismo y abuso de la cadena nacional. “Es una tapa peyorativa en términos del goce de las mujeres. Históricamente, las mujeres hemos sido condenadas por el goce y la tapa sigue condenando y poniendo como valor negativo el goce de las mujeres y el ejercicio del poder de una mujer con goce. A nadie se le hubiera ocurrido poner en la tapa a un varón sintiendo goce en el poder”, resalta Juliana Di Tullio, vicejefa del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados.

La tapa no es solamente procaz o irrespetuosa. El problema no es que se muestre que Cristina goza con el poder (si una Presidenta no gozara de ejercer el poder, ¿podría ser Presidenta? Si una maestra no gozara de enseñar, ¿podría ser maestra?) sino que el goce está asimilado con la perversión. Por lo tanto, el goce, como el poder femenino –y no sólo de Cristina Fernández de Kirchner– sino de todas las mujeres, y de Cristina por su condición de mujer, está puesto en jaque.

La tapa es acusada de violar la ley 26.485 para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Fabiana Túñez, de La Casa del Encuentro, enmarca: “Es importante comenzar a entender desde los medios de comunicación que hay mensajes o imágenes que reproducen la violencia y que hacerlo promueve seguir sosteniendo las desigualdades estructurales que persisten entre varones y mujeres y que es la violencia el factor determinante para seguir sosteniendo esta cultura machista y patriarcal, que mata, golpea, viola y trafica mujeres y niñas en nuestro país”. Su posición no es sólo declamatoria. Ella, junto a Perla Prigoshin y Norma Chiapparrone, patrocinadas por Luciana Gagniere, denunciaron, ante el Juzgado NO 65 a cargo de la jueza María Gabriela Fernández Zurita, por violencia mediática la tapa donde la boca de Cristina se dibuja abierta para cerrarles la boca a muchas mujeres.

La abogada Perla Prigoshin, coordinadora nacional de la Comisión Nacional de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig), enfatiza: “En la mencionada publicación, so pretexto de bucear en las motivaciones psicológicas que tendría el uso de la cadena nacional por parte de la primera mandataria, se incurre en una conducta violenta no sólo hacia ella sino también respecto del resto de las mujeres que habitamos el país”.

Por otra parte, las diputadas Juliana Di Tullio, Diana Conti y Teresa García (las mismas que realizaron una acusación contra Clarín por violencia mediática a raíz de la nota “Fábrica de hacer hijos”) presentaron un recurso de amparo que recayó, el 12 de septiembre, en el Juzgado Civil Nº 61, de Adrián Miranda, para que la publicación se retractara y pudiera reparar el daño cometido por ejercer violencia simbólica, psicológica y mediática. Atenta a las operaciones de prensa que se defienden con la excusa de la restricción a la libertad de expresión, Di Tullio remarca: “Desde Perfil dijeron que queríamos quitar la revista de circulación. Jamás los victimizaría. No soy tonta. En base al fallo de Clarín estamos pidiendo que se retracten en la revista Noticias y hagan una nota del mismo tamaño sobre cómo se desandan las cuestiones patriarcales y se dé difusión a los derechos de las mujeres”. Pero además la diputada enmarca la gravedad de un dibujo que lapida el placer femenino. “Yo no encontré antecedentes en el mundo de una situación así. Además hay que tener en cuenta que cuando en Bolivia atacan a Evo Morales por su condición de indígena atacan a los pueblos originarios. Si insultan a Obama por su condición de afrodescendiente, insultan a todos los afrodescendientes, y si agreden a Cristina por ser mujer, agreden a todas las mujeres.”

En tanto, Silvina Zabala, subsecretaria de la Unidad de Coordinación Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, describió la tapa de Noticias como “grosera, vulgar, irrespetuosa, ofensiva. Todo se reduce en un concepto: violenta y misógina. Cualquier mujer que enfrente esa imagen debe sentirse agredida. Porque eso fue lo que se buscó –sin lugar a dudas–; ésa fue la intención de la editorial. No fue un error. No fue un exabrupto. Fue intencional. Fue premeditada. La imagen deliberadamente provoca e insulta porque, seguramente, son muchas las mujeres que se han sentido vulneradas y violentadas. Muchas..., menos, paradójicamente, la Presidenta, que está por encima de esta agresión y de tantas otras”.

“Se menosprecia a quien ocupa el más alto cargo político por ser mujer, con la desvalorización de su sexualidad asociada al ejercicio del poder. Se expresan así los prejuicios más elementales que no pueden concebir juntos el rol público, la capacidad intelectual y la feminidad de la figura de Cristina Fernández”, analiza Daniela Godoy, periodista y profesora de filosofía.

De hecho, un amplio arco de mujeres opositoras a la gestión criticaron la manera de censurar a la jefa de Estado. La filósofa y diputada porteña (mandato cumplido) de la Coalición Cívica, Diana Maffía, le dijo a Las/12: “Cuando vemos expresiones agraviantes, como las de la desafortunada tapa de la revista Noticias, aparece en escena el conflicto entre la libertad de expresión y la censura. Pero creo que es un falso conflicto. La libertad de expresión (como todo derecho) tiene límites, en general se autorregula y, si incurre en un exceso o en violencia, como en este caso, puede ser denunciada y juzgada. No se trata de alentar la censura que, probablemente, es la búsqueda mediática de la revista al provocar con su imagen y su texto que lesiona a la Presidenta y a todas las mujeres, con lo que sacaría un rédito político. Se trata de poner reglas y límites a la libertad de expresión que la misma ley de violencia define. En lo personal soy muy crítica de este gobierno, pero creo que la crítica en democracia debe hacerse sin lesionar derechos, con argumentos, con ejemplos de conducta política, con propuestas y persuadiendo a la opinión pública. Son herramientas de un juego seguramente más lento y progresivo, pero que no amenazan la convivencia y el diálogo. Creo, también, que el estilo presidencial no comparte esta vocación, tensa los opuestos y afecta la libertad de prensa distribuir inequitativamente la pauta publicitaria, algo que hizo con la Editorial Perfil, lesionando sus derechos, y se convirtió en un reclamo judicial. Eso no habla bien de la relación entre el Gobierno y los medios, pero no excusa de ninguna manera esta provocación misógina que nos violenta a todas las mujeres”.

En el mismo sentido, la diputada nacional por el radicalismo María Luisa Storani sostuvo: “Por supuesto que creo que se puede opinar y criticar con el respeto que se merece toda persona. Mientras que en la crítica que se le hace a la presidenta Cristina Fernández se fortalece la reproducción de los estereotipos de género degradantes de la figura femenina. Hemos avanzado con leyes en que se pena estos tipos de violencia y discriminaciones hacia las mujeres. Es un trato grosero, discriminatorio y descalificante. Creo que dicha publicación bastardea la lucha de las/os verdaderos/as demócratas. Como mujer de la UCR repudio el tratamiento machista de que ha sido objeto la Presidenta”. Mientras que el jefe de su bancada, Ricardo Gil Lavedra, escribió: “La única noticia de la tapa de Noticias es que la misoginia sigue siendo un problema entre nosotros”.

En tanto, la diputada nacional por el Frente Amplio Progresista (FAP), Victoria Donda, también repudió la tapa y relacionó los agravios a la Presidenta con las críticas que recibió cuando juró como legisladora con un vestido sensual. “Me parece absolutamente repudiable (la tapa de la revista). No solamente por la imagen en sí, sino porque el mensaje cuestiona fuerte el hecho de que una mujer tenga poder. Si una mujer detenta algún poder y encima se atreve a gozar, parece que debemos detenernos a hacer un análisis psicológico de ese goce. La forma en que la Presidenta ponga en práctica su poder se puede discutir, lo que sí es repudiable es el cuestionamiento misógino que contiene. Es algo que tengo claro, porque he vivido esa experiencia, por ejemplo, con los agravios que recibí el año pasado en oportunidad de mi jura como diputada. Hay quienes se preocupan demasiado por mi imagen y sacan conclusiones absolutamente prejuiciosas y agraviantes. Y no viene sólo de los medios de comunicación, sino también de sectores políticos. Espero que aprendan a discutir ideas. Los prejuicios nos hacen miopes, sean de género o de cualquier otro tipo”, criticó.

Por su parte, la periodista cultural Verónica Abdala puntualizó: “Más que un dibujo se diría que es una caricatura, que al no ser humorística termina siendo ofensiva. Una caricatura sin ningún valor periodístico y misógina por donde se la mire, que en su afán de ridiculizar el goce sexual de las mujeres ofende, no a una mujer en particular –el hecho de que se trate de la Presidenta no hace sino agravar el caso– sino al género en sí mismo. Está claro que el goce sexual no puede ser motivo de descalificación para nadie: es la violencia de la exhibición y la ridiculización de ese hecho lo que revelan la agresión implícita. Más allá de simpatías o antipatías políticas, siempre en juego, la pregunta es: ¿por qué molesta tanto, en todo caso, que una mujer – ‘atractiva’, como reconoció públicamente el director de la revista en cuestión– haga uso del poder que le confirió el pueblo y ejerza un rol ‘activo’ desde su cargo? Esa tapa es reflejo de la impotencia intelectual que sienten unos hombres que se han quedado sin argumentos”.