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“Es una exploración del dolor de la derrota pero con una mirada compasiva”, dice Mónica Maffía sobre el abordaje de la obra que dirige, Los persas, de Esquilo. El interés por un texto que, asegura, radica en reflejar el poder aniquilador de la ambición y la vigencia de una de las obras de teatro más antiguas. “Nos interesó especialmente que no estuviera escrita desde el triunfo griego” como tantas otras piezas de la época.

La obra del Grupo de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires presenta una única mujer: la reina Atossa, vinculada con la magia, la interpretación de los sueños y hasta con los estudios oncológicos a través del cáncer de mama que logró vencer. La directora destaca “el problema que se presenta ante esas mujeres que en edad de parir quedaban sin hombres, y por lo tanto peligraba el futuro del imperio porque quedaba interrumpido el nacimiento de nuevos posibles guerreros persas, y aquellos ya formados, que habían perecido en la batalla de Salamina”.

Con un elenco integrado por Teresa Abdala, José Matías Pirolo, Víctor Pirolo, Julio Posse y Krizia Puig establecieron acercar el texto al espacio y los objetos procurando que los lenguajes del teatro dialoguen entre sí, disolviendo los límites de los diferentes géneros artísticos y así expandir el concepto de performatividad. Maffía explica que trabajaron con los objetos a partir de una investigación sobre la técnica de Bertolt Brecht. “Además, dada la importancia de la máscara en los orígenes del teatro, nos propusimos investigar sobre el teatro de objetos. Por lo tanto será central en esta puesta lo plástico escénico, con una poética de máscaras y coreografía con maniquíes que se suman al coro y son manejados por los actores en escena. Para ello, conté con el aporte invalorable de una compañera de carrera del Teatro Colón, la caracterizadora Virginia Torralba, que realizó y diseñó las máscaras. Otro eje importantísimo es la música original, compuesta por Ricardo Vergani, un erudito en temas de arte persa.”

Los persas estaban signados por la magia y los rituales de invocación para que aparezca la figura del gran rey Darío I, las abluciones y la interpretación de los sueños, por lo tanto lo ritual será un eje central en el montaje de esta pieza de Esquilo.

Maffía, además de directora, es actriz, régisseuse y dramaturga, y cuenta que tiene un especial interés en el tratamiento del arte desde una perspectiva de género porque le permite reflexionar sobre lo que se da por sentado e indagar sobre nuevos caminos para resolver viejos problemas. En Los persas explica que se vuelve protagonista la cuestión de género porque, salvo la reina, son todos hombres. “Recurrimos entonces a la profesora Paola Raffettas, especialista en historia persa, quien nos asesoró acerca de la significación de que Esquilo elija presentar a una sola mujer. Pero claro, no sólo es la madre del responsable de llevar a todo el ejército persa al muere, sino que es la esposa del gran rey Darío y además es hija nada menos que de Ciro el Grande. La razón es que los griegos consideraban a los persas poco viriles al dejar sus destinos en manos de una mujer, por poderosa que fuera. Entonces Esquilo nos muestra a una reina devastada por las malas noticias y poniendo en escena un poderoso ritual que permite que las entidades infernales dejen salir a la sombra de su esposo. Al margen de esto, yo prefiero incluir a otra mujer en el rol de Mensajero, como una forma de acercar alquímicamente a Mercurio, un dios que se representa como hermafrodita por su doble cualidad y por poseer los secretos de los dioses y las diosas.”

Los persas. Domingos 24 y 31 de marzo, 20 hs. Espacio Urbano. Acevedo 460. 4854-2257. En abril: domingos, 19 hs. Teatro El Tinglado. Mario Bravo 948. 4863-1188.