Sábado, 30 de marzo de 2013 | Hoy
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Cecilia Espósito es hoy quien mejor conoce los pantanosos terrenos de la edición digital en la Argentina. Acaba de lanzar su propio sello de ficción breve argentina y latinoamericana, LosProyectos.
Por Malena Rey
Encontrarse una mañana fresca y nublada con Cecilia Espósito es un gran plan. Sobre todo porque, después de un rato de charla, una absorbe su entusiasmo, se contagia de su energía y de su pasión por los libros y las nuevas formas de lectura. Desde el anonimato que suele ser moneda corriente en las tareas editoriales, Cecilia Espósito (Buenos Aires, 1980) se encargó de forjar su propia trayectoria: con estudios de diseño, filosofía y edición en su haber (actualmente es docente de Corrección de estilo en la UBA), pasó por todas las áreas de la producción de libros, hasta que empezó a especializarse en edición digital en 2010, después de un viaje revelador a la feria del libro más grande del mundo, la de Frankfurt. En un momento en que florecían los debates sobre “la muerte” del libro en papel por culpa de las pantallas, ella, rápida de reflejos y con la curiosidad como brújula, se convirtió en precursora de lo que era apenas una idea vaga: convertir los libros en papel en contenidos digitales con gran profesionalismo y respetando el oficio. “En Frankfurt lo que me pasó fue un punto de inflexión. Ahí hice recorridos por todos los ámbitos donde la tecnología estaba expuesta, y vi que había muchas editoriales que ya estaban trabajando y desarrollando libros así. En ese momento, el presidente de la Feria, Juergen Boss, criticó a Umberto Eco por su declaración sobre el libro como la herramienta más perfecta del hombre. Juergen dijo: ‘Es más bien un soporte perfectible, que se puede transformar en otra cosa. Perfecta es la cuchara’. Esta declaración generó una polémica increíble, y yo me entusiasmé con esa polémica: volví pensando en digital”, comenta Cecilia. Desde entonces se capacitó de forma autodidacta, se metió de lleno en el tema de la digitalización contagiando también a emprendedores y editores, y hoy por hoy es una referente del tema en el país, además de la desarrolladora de e-books para sellos como Alfaguara, La Bestia Equilátera y Eterna Cadencia. “Siento que es una manera de especializarme y de generar esperanza en otros editores, una nueva actualización del oficio que requiere otros conocimientos y destrezas, otras experticias que profundizar, que investigar. A la vez, es un ámbito en el que casi no hay diálogo, nadie comparte sus saberes y no hay muchas mujeres involucradas”, remarca. Si de algo se trata todo este desafío es de llegar a más lectores, cuidando los contenidos, democratizando las herramientas y ampliando las posibilidades de acceso.
Con todo este aprendizaje sumado a las ganas de seguir probando, Cecilia armó su propio sello digital de ficción breve argentina y latinoamericana, LosProyectos, que lanzó a fines de 2012. Sus ediciones son elegantes y simples, de lectura ágil, y sus cuatro primeros autores son nada menos que Marcelo Cohen, Selva Almada, J. P. Zooey y Federico Levín, quienes tienen también su primera experiencia siendo publicados en e-book y distribuidos por Internet. Como si fuera poco, publicó Silenciar los dispositivos, su primer libro, armado a partir de impresiones y actualizaciones de sus estados de Facebook, que obliga a reflexionar sobre las posibilidades de la escritura literaria en las redes sociales, y ganó en diciembre el premio Blatt & Ríos, otorgado por la sumatoria de sus saberes. Otro de sus intereses es la música: Cecilia graba y sube a la web sus propios temas y toca el bajo en Unicanuez, una banda formada en su mayoría por editores, quienes musicalizan textos infantiles y hacen una puesta con ilustraciones en vivo de lo que van tocando.
–Hay cosas que no se modifican y otras que sí. Yo también sigo trabajando en papel, porque los dos formatos conviven, son amigos, no son excluyentes, sino que son elecciones que un lector puede tomar cuando la editorial publica en los dos formatos. El e-book es un formato, y el libro en papel es un soporte: la tablet, el reader, la netbook, la notebook son soportes. Y el formato también genera cambios en el contenido, por eso hay que pensar en la accesibilidad, en cómo los contenidos se ponen en pantalla, cómo los autores y los editores vuelven a trabajar los originales. Y una cuestión fundamental es la educación en programación y en el dominio de las tecnologías, que nos hace más libres al fin y al cabo, porque conocer cómo está compuesta la web, cómo manejan nuestros datos, cómo compartimos el contenido es parte de la educación. Es importante fomentar la democratización de las herramientas con las que una cuenta día a día cuando se comunica socialmente, cuando escribe en Internet, que es el gran motor de escritura de estos tiempos. El libro en papel no va a morir, pero va a cambiar, se va a especializar más. A mí me interesa investigar qué se puede hacer con la nueva tecnología que está a disposición de todos, y que es de código abierto como el formato EPUB.
–LosProyectos es algo que vengo pensando desde que empecé a considerar lo digital. Y la propuesta es editar ficción para leer en tiempos cortos, que requiera una experiencia de lectura más directa e inmediata, pero de alta calidad y con muy buenos autores. Quiero que el catálogo hable por sí mismo, y con el tiempo ir descubriendo nuevas voces y formatos. Yo me encargo de todo, cumplo todas las funciones: leo originales, corrijo los libros, los edito, hago acuerdos con librerías. Es también una forma de investigar qué pasa con los lectores: si contribuyen, si compran. En mi caso, elegí una doble modalidad: ofrezco la descarga libre, y si el lector siente empatía con el proyecto, puede colaborar. Pero están también disponibles en todas las librerías digitales como una forma de pensar que la cadena de valor se tiene que seguir manteniendo. Mi principal preocupación es llegar a más lectores y que el libro se pueda leer en todas las plataformas, en todos los soportes, que lo digital tenga una lectura móvil, portátil. Por suerte, tuvo una repercusión increíble incluso a nivel mundial: me escribieron de Alemania, de Francia, de Estados Unidos. Desde un lugar chiquito de la ciudad de Buenos Aires se puede estar conectada con lectores que preguntan por los autores y quieren más.
–La promoción de la lectura es una de las tareas más arduas de la cultura y se transmite de padres a hijos, entre docentes y alumnos, entre amigos, comentando, recomendando. Con lo digital hay que pensar no sólo en los chicos o adolescentes sino también en gente grande que está acercándose a una PC o en los que acceden a una por primera vez. Hay que entender que la computadora es también un espacio creativo, no sólo de consumo, de replicación o exposición de comportamientos, sino algo con lo que se puede experimentar y crear: hay que posibilitar la idea de que un texto visto dentro de una computadora también es creatividad. Hay ingenio ahí, avance, conocimiento. La cuestión es que esos textos sean atractivos, que la palabra vista en pantalla sea rica, que diga algo.
Para descargar los libros visitar losproyectos.com.ar
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