FELICES FIESTAS

Queremos tanto a María

Hace ya demasiados días que cada conversación casual, cada transacción de morondaga –tomates por pesos, por ejemplo–, cada viaje en taxi y hasta cada cola en la ventanilla de reclamos de su compañía de electricidad termina con ese lugar común que no es el de “qué calor” sino el de ser feliz al mismo tiempo que el resto del mundo, tan al mismo tiempo que los segundos se cuentan a voz en cuello y los petardos sacarán de su escondite a las almas más rebeldes. A modo de humilde aporte a la felicidad impostada de esta época en la que lo único que hace bien es el aire acondicionado funcionando o al menos los pies en la palangana de agua fría es que ofrecemos estas versiones particulares de la Navidad que tienen a la verdadera protagonista de cualquier parto en primer plano –sí, el bebé también, pero ése ya tiene demasiadas luces– para que las sonrisas sean menos forzadas que la reunión familiar o bien para entregar material para la polémica que siempre se instala en noches de alcohol y parientes. Deseamos que sepan disfrutarlas y que tengan... ¡Felices Fiestas!

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