Nada de “licencia por enfermedad” ni mucho menos “licencia psiquiátrica”. Nada de maquillar lo que debe ser dicho para encontrar su lugar. La licencia por violencia de género era un derecho hasta ahora (casi) inexistente, pero empieza a abrirse paso. Por un lado, el diputado nacional Víctor De Gennaro elabora un proyecto de ley nacional para que todas las trabajadoras, ya sea del ámbito público como del privado, tengan ese derecho cuando los golpes, o cualquier otro tipo de violencia, les impidan concurrir a sus trabajos. La propuesta es simultánea con una iniciativa de la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), que plantea la inclusión de la licencia por violencia de género ante la generalización de casos de mujeres agredidas por sus parejas o ex parejas en todas sus entidades de base.

Ya lo consiguieron en Chubut. La fecha quedó marcada en la historia de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut (Atech): el 12 de abril, en la paritaria provincial, lograron establecer un artículo específico del Reglamento de Licencias, el 5E, que no sólo permite a la docente tomarse los días que indique su médico, sino además facilita el inmediato traslado ya sea a otra ciudad o a otra provincia, si la situación lo requiere. La secretaria general de Atech, Estefanía Aguirre, es también secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la Ctera, que desde septiembre del año pasado lleva adelante la propuesta en todo el país. De hecho, los sindicatos docentes de Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa la incluyeron en sus paritarias en marcha. “Se trata de resguardar la fuente laboral de las compañeras y de llamar a las cosas por su nombre”, explicó Aguirre.

El impulso a la visibilidad excede la docencia. Desde ATE Rosario venían trabajando “hace dos años” con una propuesta similar. Y lograron interesar a Verónica Benas, diputada provincial del Partido Pares, que ayer presentó una ley para otorgar ese beneficio a todo el sector público de Santa Fe. “La compañera puede gestionarla una vez que tenga la justificación emitida por el Servicio de Atención a la Víctima de Violencia de Género. La idea es garantizar el derecho a la licencia pero también a la atención y asistencia, y separar este derecho de lo que sería la licencia por enfermedad, que es otro concepto”, afirmó Benas sobre la iniciativa que ya tiene estado parlamentario. La propuesta llegó de la mano de Liliana Leyes, de ATE, y de María José Gerez, secretaria de género de la CTA local, que responde a la línea de Pablo Micheli. Estas mismas militantes lograron interesar al diputado nacional Víctor De Gennaro, de Unidad Popular, que presentará la propuesta en el Congreso nacional para que el beneficio alcance a todas las trabajadoras en relación de dependencia.

En Chubut, desde la puesta en marcha de esta licencia, hubo dos pedidos. Antes, las docentes debían apelar a la licencia psiquiátrica, que era un arma de doble filo. “Ha perjudicado enormemente a las trabajadoras porque luego, al pelear por la tenencia de sus hijxs, la ex pareja la acusaba de estar loca, y tomaba como documento la licencia que había pedido”, contó Aguirre. Mañana mismo, en la reunión paritaria de Chubut, se trabajará en la reglamentación. “No es necesario que intervenga la Justicia, porque hay compañeras que no quieren judicializarla, no hacen la denuncia porque todavía no están en esa etapa.”

La inclusión de esta licencia específica es un objetivo de Ctera para todo el país. En Santa Fe, el año pasado, hubo cinco casos de violencia de género, algunos graves, que llegaron al sindicato. Por ese motivo, la semana pasada incluyeron el tema en la reunión de los Comités de Higiene y Seguridad en el Trabajo que integran empleadores, sindicatos y el Estado. “Tener un artículo determinado nos va a facilitar el acompañamiento y la contención de las compañeras”, afirmó Sonia Alesso, secretaria general de Amsafé que a la vez es adjunta de Ctera.

¿Puede resultar estigmatizante la inclusión de un artículo específico de violencia de género? Para Alesso es todo lo contrario. “Además de la garantía de la compañera y de facilitar el acompañamiento –dijo–, sirve para visibilizar una problemática oculta en un gremio mayoritariamente femenino.” La dirigente santafesina señala que las trabajadoras, al no existir ese artículo específico en el Reglamento de Licencias, deben “gastar” sus días por enfermedad y ya no cuentan con ese derecho en los momentos que realmente se enferman. Al mismo tiempo, si piden esos días por enfermedad cuando en realidad han sido víctimas de violencia, deben esperar la llegada de la inspección de Salud Laboral en sus casas y eso les dificulta que puedan ir a Tribunales para realizar la denuncia, si han decidido hacerla.

Las leyes que presentarán Benas en el ámbito provincial (sólo puede legislar sobre el sector público) y De Gennaro en el nacional plantean varios derechos asociados. “La ley estipula que se pueda cambiar el horario según las necesidades de la víctima de violencia de género, y también que sea fácilmente trasladada a otro lugar si hiciera falta”, explicó Liliana Leyes, de ATE, que estuvo en la elaboración de los proyectos a los que luego se les dio forma legislativa. Pero “lo primero que planteamos es qué se entiende por violencia, haciendo referencia concreta al artículo 4 de la Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y también lo que se entiende por identidad de género, de acuerdo a la normativa vigente, para que quede bien estipulado quiénes quedan comprendidos en este nuevo derecho”, concluyó Benas.