Las trabajadoras que son víctimas de violencia machista deben pedir licencia psiquiátrica hasta para poder ir a denunciar y eso agrava la estigmatización social e, incluso, las posibilidades de que su agresor las ataque en una controversia judicial. Por eso, uno de los mayores reclamos para que el grito de Ni Una Menos se convierta en derechos reales es que se apruebe el proyecto de licencia por violencia de género que presentó la CTA en el Congreso de la Nación. En principio, debe lograr un predictamen en la Comisión de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia. Mientras que en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires también se busca incorporar una licencia laboral para víctimas de violencia de género. La propuesta es de la diputada provincial Valeria Amendolara. “Actualmente, las trabajadoras víctimas de violencia machista se ven obligadas a solicitar licencias psiquiátricas para recuperarse de las agresiones, iniciar acciones legales, recurrir a atención psicológica y jurídica o acceder a contención afectiva. Se invisibiliza la problemática y se patologiza y estigmatiza a la mujer”, resaltó Amendolara.

Por su parte, Estefanía Aguirre, secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de CTERA, reclama que este derecho se les otorgue a todas las docentes: “La incorporación de la licencia está en la agenda de la mayoría de los sindicatos de base de CTERA, pero falta voluntad política en la mayor parte de los gobiernos provinciales. Esta herramienta es indispensable para visibilizar que la ausencia de nuestras compañeras a los lugares de trabajo es consecuencia de la violencia machista. Esto permite que ellas tengan la asistencia, el acompañamiento y la contención, pero además garantizar la estabilidad en las fuentes de trabajo. Estamos necesitando que se instrumente el traslado interjurisdiccional inmediato para que quienes son asediadas por la violencia puedan resguardarse garantizando el cargo docente”.