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“Estoy saliendo a flote como debo. Sólo sé que acá o entremuros seguiré organizando para la liberación.” Toda una frase, una declaración de principios dicha a contrapelo de la audiencia judicial prevista para el 6 de agosto y que su autora, la activista feminista Carina “Bongiovi” Leguizamón eligió para resumir una situación con tufo a irregular que la tiene como víctima, desde que en los tribunales de Mercedes le dieron de baja el régimen de una probation en el marco de lo que en su momento se consideró una causa armada para desviar las denuncias contra narcotraficantes que operaban en su barrio. Ahora le reclaman no haber pagado una multa de 100 pesos ni haber acreditado las tareas comunitarias que se le exigían. Referente territorial indiscutida, la mujer está al frente de la agrupación Vecinxs Organizadxs de Moreno Sur y fue quien formó y condujo las comisiones por la Libertad de Aylén y Marina Jara, y por la Libertad de Yanina González, que conoció en una de sus visitas al penal de Los Hornos y además le abrió las puertas de su casa para poder obtener el arresto domiciliario.

En marzo de 2012, lxs vecinxs de Lomas de Casasco, en Moreno, convocaron a una asamblea integrada en su mayoría por mujeres, tras un tiroteo que culminó con un joven herido, y al cabo de una serie de marchas a la municipalidad en reclamo por diferentes hechos de inseguridad cometidos contra barriadas humildes. El descontrol se hacía más espinoso en las últimas manzanas del barrio, una geografía de zonas liberadas donde operaban narcotraficantes, según los testimonios de familiares de víctimas, muchxs de ellxs adjudicatarixs del Plan Federal de Viviendas en Lomas de Casasco. Harta de la indiferencia policial y la impunidad narco, Carina comenzó a enfrentar a las redes en sus propios territorios y a denunciarlas, primero sola, más tarde acompañada por su agrupación. Logró hacer visible lo que parecía imposible de desenmascarar. Pero la pelea se le volvió en contra cuando una investigación judicial desvió de su objetivo a las bandas para torcerle el brazo a ella, “basándose en pruebas recolectadas en un allanamiento ilegal y sumamente violento en presencia de sus hijos e hijas pequeños, una práctica cotidiana en los barrios pobres del conurbano”, denuncia la Coordinadora Feminista Antirrepresiva (CFA), una de las organizaciones que exigen la absolución de Carina y acompañan su lucha cotidiana en Moreno sur. “Estas actuaciones derivaron en un injusto proceso judicial donde se sometió a Carina a la suspensión del juicio a prueba, también conocida como probation –detalla la CFA en un comunicado–. Desde entonces lleva adelante un régimen de probation como amenaza constante de represión inminente. Como un recordatorio de que sus pasos están siempre siendo controlados de cerca.”

Dicen quienes la conocen de los piquetes, de las luchas sostenidas en las puertas de los penales y en las escalinatas de los tribunales bonaerenses que los que la criminalizan “no se bancaron los escraches y las reuniones organizativas que Carina promueve siempre en festivales, en asambleas o en las rutas y en las calles”. No se toleró, afirman, ese trabajo constante de hormiga, empecinada contra las mecánicas policiales y judiciales que estigmatiza para revictimizar a pibes, pibas, mujeres y trans.

“La lucha recién comienza”, explica ella a este suplemento. “Ahora estoy organizando de nuevo el barrio en Moreno Sur, donde los allanamientos ilegales y el armado de causas son moneda corriente, sobre todo a gente de nacionalidad paraguaya. Hay muchxs niñxs y jóvenes en riesgo. Pero tenemos que seguir dando la pelea, porque si caemos nosotras caerán nuestrxs hijxs.” La notificación para presentarse este 6 de agosto en el Tribunal Oral en lo Criminal N0 2 de Mercedes la sorprendió apenas por un rato. Esperaba alguna reacción, no iba a ser gratuita la revolución que volvió a provocar en el avispero donde vive. “Me banco la que venga, no tengo miedo de enfrentar una persecución.” Siente el aliento en la nuca porque se le dio de baja el beneficio de la probation, cuando con las trabajadoras del Patronato de Liberados presentaron documentación para que la causa se cerrara debidamente. En la audiencia, sus abogados, Gabriela Conder y Eduardo Soares, exigirán que se informen los motivos reales de la baja, ya que Carina siempre cumplió con las tareas comunitarias.

El 3 de junio último caminó la plaza del Ni Una Menos para seguir generando concientización sobre los diferentes tipos de violencia a nivel territorial-barrial, advertía, “no circunscribiéndome sólo a la temática de género sino a la violencia como fenómeno sociocultural, emergente y global”. Lxs que se acercaron para abrazarla conocían el paño de esta luchadora por los derechos humanos, siempre agitando consignas para que tampoco se diluya el debate sobre otras violencias como la institucional, el gatillo fácil o la falta de acceso a la tierra. En una columna para Las 12 que vale la pena recordar, Carina sostuvo que “en las barriadas sobrevivimos al estilo “hermanas Jara-autodefensa, porque el macho tiene el aval del Estado y a las víctimas nos estigmatizan (...) A través de las luchas logramos cerrar un destacamento, nos enfrentamos a los narcos, a los violentos y a los abusadores sacándolos de nuestro barrio. No es fácil: hay que entrenar y generar mucho empoderamiento y organización”. Qué ironía, dos meses atrás fue reconocida por su actividad como una mujer de gran valor por la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires.