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Viernes, 19 de marzo de 2004

CONSEJITOS DE MARU BON BON

Técnicas habituales de masturbación para personas culposas

No sé ustedes, queridas amigas/os, pero yo he escuchado más de una vez descabellados testimonios que hablan de cierta sensación oscura, desagradable, ligada a la culpa por razones francamente desconocidas, que suele seguir al placer que cada uno/a sabe conseguir por sus propios medios. Hablamos de la vieja aunque nunca bien ponderada autoayuda sexual –suena mal, es cierto, pero peor es decir paja, manuela o puñeta, por caso–, ese paso indispensable para el buen goce, el autoconocimiento y la afirmación de la personalidad que todos y todas damos una y otra vez, aunque cueste confesarlo. ¿A qué se debe la culpa? ¿Será por la eficacia conseguida sin parangón con las performances a dúo? ¿Será un resabio adolescente? Poco importa, mis estimadas, lea estos consejos y relájese:

1. Use un guante: ¿Se siente sucia/o después de prodigarse goces solitarios? ¡que mejor y más elegante que un sencillo guante! Así, usted preserva sus uñitas de aromas que le recuerdan lo que acaba de hacer, contiene las posibles secreciones en un objeto que bien puede ser descartable ¡Y hasta genera la sensación de que hay alguien más obturando sus zonas sensibles!

2. Consiga plumas: ¿Por qué piensa que las vedettes tienen tantas? Vamos, use su imaginación, si no quiere manipularla, bien puede atarla a alguna ventana y cerrarla y abrirla cuantas veces sea necesario. Hágalo de manera displicente, como al pasar, y cuando el clímax llegue no hay por qué fingir ¿para qué se va a mostrar sorprendida/o si la soledad es su única compañera?

3. Deje que los aparatos lo hagan por usted: Vivamente recomiendo uno de esos bonitos arneses con vibrador incluido que dejan sus manos libres, ya sea para aliviar la tensión de las horas pico –¡imagine lo que pensarán otros conductores cuando la vean sonreír en pleno embotellamiento!–, el aburrimiento de las salas de espera o el tedio que puede ocasionarle la programación de la tv abierta. Sí, esta es una solución para ustedes, gurruminas, pero a no desesperar ¡la imaginación humana pronto proveerá!

4. No se condene a la soledad: No, de ninguna manera, masturbación no es sinónimo de aislamiento. Bien puede usted practicar las manualidades que tanto resultado le dan con un testigo emocionado enfrente ¡y qué mejor oportunidad para que él o ella aprenda lo que debe hacer! Todos y todas sabemos que no hay nada más eficaz que una buena clase práctica.
Y bien, adorables lectores de todos los géneros, los invito a sumar al pie más sugerencias, que esta servidora de consejos no quiere decir que no pueda recibirlos.
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