Viernes, 27 de mayo de 2005 | Hoy
CONSEJITOS DE MARU BON BON
Sabedora de lo que se necesita, esta chica se entrena a fin de despejar la zona en cuestion de manera novedosa.
Aló, aló, aló! ¡Aro, aro, aro! Son tiempos de pasión criolla, de retórica gaucha, de revoluciones y otras yerbas, pero no muchas de las últimas que después me pierden concentración y todo queda entre chanzas y sonrisas lunáticas. ¡Amiguitos/tas/tes, el 25 de Mayo ha dejado su estela de hondo patriotismo y todo un día para probar las cositas que juntas/os/etc. aprendimos y que tanto solaz no han proporcionado! ¿Habéis cumplido con vuestros votos? Ya me contaréis como habitualmente lo hacen en lugares tan disímiles como tentadores. Pero para eso, chiquilinas/os/is, para que cualquier lugar resulte apto, uno/a/s debe cumplir con algunos requisitos/as, al menos entrenarse en algunas habilidades/es. En este caso nos ocuparemos de la elongación, ¿por qué?
1. Porque sólo la distensión asegura la variación: Ay, muñecas/os, ¿cómo creen que el Kamasutra se llenó de imágenes? ¿Acaso suponen que todo habita en la imaginación del/la escriba/o? De ninguna manera, al contrario, es necesario que las piernas se muevan como brazos, pivoteen como rayos o se plieguen como relicarios para encontrar el dulce de la vida y después convidarlo.
2. Porque un desgarro atenta contra el orgasmo: Y sí, para qué buscar metáforas si las cosas están claras como agua de deshielo. ¿Usted se imagina a usted mismo/a/e exhalando los últimos suspiros de un final a toda orquesta cuando de pronto un tirón en la entrepierna le/lo/la obliga a cerrar cual tijera los muslos que antes otras cosas contenían? ¿Eeeeehhh? Vamos, practique, que la gimnasia no es sólo para el colesterol.
3. Porque la acrobacia no es una falacia: Pregunten, husmeen, investiguen, son muchas/chos los que alaban las bondades de baños públicos –cines, aviones, bares no, es muy chancho–, butacas de cine e incluso autos de toda laya. Pero no es fácil, ¡ah, no! Que la palanca de cambio encontró el camino antes que la parte indicada, que subí la pierna pero no le pegues al tablero, que acabás de apretar la alarma y la azafata golpea la puerta. Recuerden, adorables, la incomodidad es un lujo de gacelas/ciervos.
4. Porque elongación es diversión (y a veces en cantidades asombrosas): Y además, digámoslo de una vez, modela la figura. Sólo con una buena elasticidad podrá usted abandonar la pose del misionero o al menos invitar a un amiguito/e a que descanse debajo de usted. si es que quiere insistir en ella con un tercero por sobre usted. ¿Acaso no vio nunca todo lo que pueden estirarse algunas partes? ¿Y lo mucho que se pliega una pierna en circunstancias? Pues dealé nomás, y después me cuenta, que yo soy siempre una mujer atenta. ¡Aro, aro, aroooooo!
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