INUTILíSIMO
Feliz Navidad, pero con etiqueta
Viene llegando la Navidad y ya es tiempo de empezar a prepararse para que la celebración funcione a las mil maravillas. Naturalmente, ustedes deberán hacer una lista de todas las actividades extra que les exigen estas Fiestas de fin de año: armar el consabido arbolito, el pesebre, colgar una bonita guirnalda en la puerta de entrada, comprar (quizá realizar algunos con sus propias manos) regalos, enviar tarjetas de salutación, pensar en el menú de Nochebuena... Tareas especiales que se suman a las habituales, pero que no han de quitarles la sonrisa del rostro porque se hacen con mucha ilusión. Pero hay un punto de capital importancia, en el que acaso ustedes no han reparado lo suficiente, que es el de la distribución de puestos en la comida de Navidad, sobre todo si se cuenta con invitados importantes y se quiere respetar la etiqueta. No se preocupen: una vez más, la Enciclopedia de Educación y Mundología, de Antonio de Armenteras (De Gasso Hnos., Barcelona, 1957) viene a salvarlas de toda posible gaffe.
Antes que nada, sepan ustedes que se ha dejado de lado la costumbre del criado ceremonioso anunciando: "La mesa está servida". Ahora es la propia dueña de casa la que dice sencillamente a los invitados: "Cuando quieran, podemos pasar al comedor", nos reubica Antonio de Armenteras. Al llegar la señora de la casa –que es quien primero ingresa al comedor– a su silla, "la presidencia de la mesa", permanecerá de pie para indicar a cada comensal el sitio que le corresponde, en el caso de que éste no haya sido indicado mediante una tarjeta. Para distribuir estos lugares se habrá tenido presente: la representación, la posición social, la edad, y sólo en cuarto lugar –si el ágape es de auténtica etiqueta– la amistad.
La dueña de casa ha de sentar a su derecha al invitado de más categoría, y a su izquierda al que le siga en importancia, pontifica la Enciclopedia consultada. El sitio de enfrente de la dama lo ocupará su marido (si no lo hubiere, la etiqueta desluce mucho...), quien a su derecha y a su izquierda tendrá a las esposas de tan distinguidos invitados. Y guardando el mismo protocolo se ocuparán los restantes puestos, cuidando de que se sienten separados los matrimonios. Si la mesa está servida por dos criados, puntualiza De Armenteras, uno servirá a los caballeros y el otro a las damas, guardando el orden preestablecido.
Y entonces sí, con vuestras conciencias de ladies tranquilas, se servirán las bebidas y empezarán a llegar los manjares, mientras que las conversaciones se armarán por grupos y sin elevar la voz. Una cena de Navidad así dispuesta será una dignísima forma de cerrar el 2004 con las mejores maneras.