DICCIONARIO
Extorsión: término habitualmente utilizado para referir a la acción y efecto de usurpar y arrebatar por fuerza una cosa.
No vaya a creer usted que la palabra, vulgarmente vinculada a la propiedad privada, sólo deba ser aplicada al universo de lo material. Por el contrario, puede hacerse extensiva a lo inmaterial y, no por eso, menos visible como la voluntad popular. Más aún si la voluntad popular elige como representante a una fémina dirigente para conducir el destino de su país. Basta mirar hacia el continente asiático y descubrir el paso a paso de la utilización de la fuerza monetaria para definir el descenso tras el ascenso de la india Sonia Gandhi por la democrática elección de su pueblo. Es decir, cómo arrancarle una dimisión a la voluntad soberana de la democracia más grande. Así fue como la violenta campaña del nacionalismo hindú –representado en los espacios públicos por el gobernante partido saliente – contra su asunción incluyó desde una caída histórica de la Bolsa en Bombay, el mayor derrumbe en 129 años, el relato coral de empresarios preocupados por el posible freno a las privatizaciones de las grandes empresas estatales, la amenaza de rasuramiento –¿¡de la cabeza!?– por parte de una diputada del nacionalista BJP (Partido del Pueblo Indio), hasta declaraciones que cuestionaron su idoneidad y capacidad de gestión para desempeñar el puesto para el cual fue elegida. ¿Le suena? Sin ir tan lejos, ¿no fue acaso un argumento sistemáticamente utilizado en la Argentina contra cada candidata en campaña? No importa que Sonia Gandhi haya conseguido electorado gracias al voto rural que, de esa forma, manifiesta también su abierto desacuerdo a las reformas liberales que nunca “derramaron” el crecimiento de la ciudad al campo. Tampoco importa el voto femenino a través del cual –señalan los politólogos indios– construyó la legitimidad suficiente para obtener mayor respaldo del que necesitaba para convertirse en jefa de gobierno. Al fin y al cabo, de eso se trata la extorsión.