Cuando falla el
comodín
Es así, a veces falla. Todas sabemos que el vestidito negro es un as en
la manga, qué digo un as, un poker completo de ases que se ponen sobre
la mesa cuando todo ya parecía perdido. Pero para que esto funcione es
necesario que el mentado vestidito cumpla con algunos preceptos básicos,
vale decir: que sea clásico, que sea sencillo, que no ajuste demasiado
-el negro no hace milagros–, en fin, que haga de la discreción un
signo de elegancia. Pues bien, todo esto es lo que falló en la elección
de Mercedes Morán para transitar la alfombra roja del Festival de Cannes.
¿Qué necesidad había de mezclar plisados, puntilla, transparencia,
cintura ceñida y piernas al aire? ¿No podría haberse decidido
por una de las alternativas? Está bien, es de un diseñador argentino,
loable intención de parte de la actriz, mas resulta insuficiente, sobre
todo si semejante vestido es coronado con un peinado que a lo mejor está
de moda, pero parece una de las primeras versiones del auge del brushing. Que
quede claro, nada de esto desmerece ni una pizca su trabajo como actriz, sobre
todo cuando la dirige Lucrecia Martel (que, así entre paréntesis,
eligió mucho mejor su propio vestuario), pero algunas veces una crítica
constructiva hecha a tiempo puede salvar muchas noches más de vestidos
que por muy negros que sean es mejor eliminar del vestuario, no vaya a ser que
aparezcan de nuevo cual comodín. Antes que eso es preferible pedir maldón.
A prueba de
error
A pesar de todas las ventajas ya mencionadas del típico vestido negro,
lamentamos comunicar a las lectoras que están haciendo las valijas para
asistir a la boda real que deberán ex cluír esa prenda de sus
maletas: el negro está terminantemente prohibido para los invitados a
tales eventos, igual que el blanco, que corresponde a la novia. Hay que optar
por azules, pasteles, cremas y otros tantos colores de reminiscencias gastronómicas.
De escote, nada, de corto, mucho menos, y ni siquiera largo completo, un trozo
de pierna --entre el tobillo y la pantorrilla-- para cumplir con las reglas
escritas y estrictas del protocolo y ceremonial, amén de usar tacos de
un máximo de 4 centímetros y no olvidar jamás de los jamases
el sombrero. Información útil, si las hay, para personas muy bien
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