Viernes, 8 de febrero de 2013 | Hoy
EL MEGáFONO
Por Vicente Luppino *
La salud en la escuela es una oportunidad para promover la equidad, nada es más importante para el Estado que garantizar, al ingreso escolar, igualdad y justicia. El ingreso a la escuela es junto con el parto uno de los hitos sociales que la gran mayoría de la población debe reconocer como la oportunidad para la detección de enfermedades y la promoción de la salud.
En la Argentina hay 10.000.000 de niñas, niños y adolescentes escolarizados. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay una matrícula de alrededor de 700.000 alumn@s, donde aproximadamente el 55 por ciento es del ámbito público y 45 por ciento del ámbito privado. La ley actual de Salud Escolar promulgada en 2008 sólo cubre al sistema público, dejando al sector privado por fuera de las obligaciones y derechos de la ley. Creemos que existen suficientes evidencias de que en ambos sistemas no se cumple con los objetivos de la ley. No es lo mismo hablar de la “salud del/la escolar”, que son los controles periódicos que se realizan en el consultorio, centro de salud u hospital. En cambio, la “salud escolar” es el abordaje integral del niño, conjuga todos los factores que interactúan en torno de su bienestar y con el aprendizaje. La inequidad educativa se juega desde mucho antes del ingreso escolar, incluso antes de que esa niña o niño nazca, por lo tanto la salud escolar es una oportunidad para igualar. Algunas de las medidas prioritarias en la Ciudad son educación para la salud, alimentación saludable, educación sexual, vacunas, salud del personal docente, manejo de brotes (hepatitis A, escabiosis, etc.), violencia familiar, detección y desarrollo de estrategias de abordaje. Otro eje son las vacunas en las escuelas, una oportunidad para llegar a los sectores más vulnerables, durante las campañas de vacunación y durante riesgo de brote. Controlar el esquema obligatorio es estrategia demostradamente eficaz para reducir el número de niñ@s no vacunad@s logrando aumentar los porcentajes de cobertura, mejorando de esta forma los parámetros de salud. La salud escolar es una herramienta de la “salud pública”, no es un paso burocrático, un trámite más que la familia debe completar para que l@s niñ@s asistan a clase; es una oportunidad que debe utilizarse eficazmente. En ese sentido, el beneficio debería ser universal, junto con la creación de una libreta de control y promoción de salud, tanto en el ámbito público como en el privado. Esta idea de recuperar activamente la salud escolar es un desafío que debemos afrontar: se trata de una herramienta indispensable para la equidad y la justicia.
* Médico pediatra e infectólogo. Hospital Argerich.
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