La cuestión es televisiva pero esta vez llega por mail. Me explico: una amiga (llamémosla D) también ve tele y bueno, no, no puede evitarlo. Selecciono y transcribo fragmentos de la generosa contribución llegada a cuento del ciclo Sexo salvaje, profusamente publicitado por la señal National Geographic (pero todavía más profusamente guionado, como verán).

Dice el locutor en la promo:

“¿Qué muestra el documental? Sexo explícito entre animales con pelos y señales: seducción agresiva, exigencia de alto rendimiento, sexo grupal, en solitario, homosexualidad y hasta (sic, acota la colaboradora voluntaria) monogamia”.

Y el ciclo abrió con el capitulazo intitulado Hembras fatales:

“Ellas no sólo pueden ser despiadadas al momento de decidir quién será el padre de su cría, obligarlos a librar luchas feroces y hacer esfuerzos físicos extremos, sino que hasta pueden comerse la cabeza de su compañero luego de la cópula, como hace la hembra de la mantis religiosa”.

Si vieron Machotes, deben haber valorado:

“El esfuerzo de los increíbles machos que aún después de luchar por ellas tienen que conservar la energía suficiente como para producir millones de espermatozoides sanos”.

A la marosca. Pregunta inquietante: ¿soportará mi amiga televidenta los episodios por venir, habida cuenta de lo prometedores de títulos como Sexo libre, Seducción agresiva o Promiscuidad?