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–¿Ves esta arruga?
–No.
–Acá, acá, ¿ves?
–Eso no es una arruga, es una línea de expresión.
–Sí, de expresión de vejez. ¡Esto que tengo acá es una arruga!
–Laura, esas son líneas que se forman en la cara cuando te reís.
–Líneas no, arrugas.
–¿Te acordás que Mirtha Legrand decía...
–¿Carajo, mierda?
–No, antes, que decía que no había que reírse, que había que decir “chis chis”...
–¿Así con la boquita toda fruncida?
–Sí, onda pobrecito el cocodrilo. Bueno, era para que no se formaran esas líneas de expresión.
–Estas arrugas, dirás.
–Son líneas de expresión.
–Marcela, ¿acaso me pasé toda mi vida riéndome, yo? ¿Expresión de qué? ¿Qué soy, un payaso? ¿Qué me habrá causado tanta gracia para quedar así? ¡¡Mirá lo que son!! ¡¡No son pliegues!! ¡¡Son cavernas!!
–Laura, toda mujer mayor de siete años tiene líneas de expresión en la cara. Mirame a mí: yo tengo en el entrecejo.
–¿A ver?
–Mirá.
–¡¡Uy, sí!! Eso es porque siempre estás con cara de culo.
–¿Yo siempre estoy con cara de culo?
–La verdad...
–Pasame el espejo.
–...
–¡¡Esto es una arruga!!