ARQUETIPAS › ARQUETIPAS
La navideña
–¿Cómo pasaste Navidad?
–¿Me estás cargando?
–¿Lo pasaste mal?
–¿Vos conocés a alguien mayor de diez años que lo pase bien?
–¿Fueron tus viejos?
–No, mis suegros.
–¿Cocinó tu suegra?
–No, yo.
–¿Fue tu hermana?
–No, mi cuñada.
–Ay. no.
–¡Qué perra! ¿Sabés lo que me trajo de regalo?
–Qué.
–¡Una batidora!
–¡No!
–¡Una batidora!
–¿Qué tiene en la cabeza?
–Un batido. La muy zorra: ¡Una batidora! ¿Qué se supone que me tengo que poner a batir yo? ¡Al hermano lo voy a batir cualquier día de estos!
–¿Pero cómo se le ocurre regalarte una batidora si sabe que vos y tu familia viven a empanadas?
–¿Te das cuenta? Y cada cosa que yo llevaba a la mesa preguntaba: “¿es casero?”.
–Qué maleducada, eso es mala educación.
–Ella bate, ralla, pica, procesa, dice que no tira nada.
–Ay, te estaba por hacer un chiste de mal gusto.
–No, eso seguro que tampoco lo tira.
–¿Y qué se puso?
–¡¡Vestido largo!!
–¡¡No!!
–¡¡Sí!!
–¿Pero dónde se cree que vive?
–¡En Para Ti! ¡Es una ciudadana de Para Ti!
–¿Y vos qué te pusiste?
–Ese vestido rojo que me compré con vos, ese asimétrico.
–Pero ese vestido es largo.
–No, ¿en serio?