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Ni que lo calcularan matemáticamente, pero ya es costumbre que en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, entre las ciento y pico de películas que integran las diversas selecciones, tengamos una veintena de obras realizadas por mujeres. Este año no había de ser la excepción y ahí tenemos en la grilla 21 largos de directoras, más algún que otro corto. Así es la cosa y más vale apreciar la mitad (es un decir, aunque en las últimas camadas de cineastas en Francia las directoras son el 50 por ciento) llena de la botella y concentrarnos en lo que hay. Que es bien interesante por diversas razones, ya que tenemos representados la política, la historia, los derechos humanos (Hijos, el alma dividida, Argentina, de Carmen Guarini y Marcelo Céspedes; Ouvrières du monde, Bélgica, de Marie-France Collard; Life and Debt, EE.UU., de Stephanie Black; Nadar contra la corriente, Argentina, de Marilyn Contardi; No se vende, EE.UU., de Melissa Young; Lettres de fin d’Apartheid, Francia, de Corinne Moutout; La nuit du coup d’état, Francia/Portugal, de Ginette Lavigne; y Estás acá, estás allá, Argentina, de Eduardo Safigueroa y Juliana Fischbein); el horror puro y duro (Trouble Every Day, Francia, de Claire Denis: atrévansele si son más valientes que los de “Gran Hermano”); el humor en pos del acercamiento entre varones y mujeres (Strike a Light, EE.UU., de Giovanna Sonnino); y en oficial competitiva, donde se presentan dieciséis películas, figuran dos hechas por mujeres (Un día de suerte, Argentina, de Sandra Gugliotta, y The Mars Canon, Japón, de Shiori Kazama).
En la selección “Globalización y barbarie” –un título que ya es toda una toma de posición– se puede ver (el sábado 20, a las 14.30, en la Lugones; el lunes 22, a las 14.45, en el Hoyts 8 y el miércoles 24, a las 20.30, en el Hoyts 4 del Abasto) el documental Ouvrières du monde, un testimonio desgarrador sobre el estado de las cosas en el universo cruel e injusto del capitalismo salvaje: partiendo de la reestructuración –así se llama ahora a la codicia insaciable por ganar más que deja tendales de víctimas– de Levi’s a partir de 1999. Las consecuencias las sufren tanto las francesas y belgas que pierden su trabajo, así como las turcas e indonesas que cumplen –en condiciones de cuasi esclavitud– por mucho menos dinero la tarea que hacían las europeas. Sensible y solidaria, Marie-France Collard acompaña a estas obreras del mundo maltratadas, une a las indonesas con las del Viejo Continente a través de una proyección: las primeras, que ahora tienen el trabajo que perdieron las segundas, no pueden creer que en Bélgica se puede hacer una huelga sin ser echado y reprimido en el acto; asimismo, las indonesas se sorprenden del nivel de confort de las occidentales. Para realizar este film-denuncia, Collard se las arregló para pasar por encima de las censura de la firma no precisamente anunciadora.
Aunque inscripta libremente en género documental, en el otro extremo se sitúa la fascinante obra de la joven japonesa Naomi Kawase, autora de films personalísimos, la mayor parte autobiográficos, de una poesía impresionante, casi podría decirse táctil (ella mira con la cámara tocando, acariciando, palpando texturas). Kawasi, a los 27, en el ‘96, se ganó la Cámara de Oro en Cannes con su primer largo de ficción, Moe no Suzaku. El segundo, Hotaru, del año pasado, ha sido muy elogiado. En el Festival de Cine Independiente se podrán ver sus bellos documentales Embracing (1992) y Kya Kaa Ra Ba (1994) en los que Kawasi, hija de padresdivorciados, adoptada por parientes, parte en busca de sus familiares. Ambos films se presentan en doble programa, el 27 a las 22 en la Lugones, y el 28 a las 21.30 en el Hoyts 8.
Entre la –acotada– filmografía de mujeres, hay una posibilidad para reírnos de nosotras mismas y de los tipos, de las dificultades para entenderse, de la misoginia culta puesta en el hombre de la calle. Todo esto sucede en Strike a Light, de Giovanna Sonnino, en una especie de collage desenfadado dedicado a las minas que laburan en Nueva York (va hoy viernes a las 24 y el 21 a las 14.45, ambas funciones en el Cosmos).