El Hogar 26 de Julio es la única dependencia gubernamental en la ciudad de Buenos Aires que recibe a mujeres en situación de calle y con hijos menores. Está a cargo de la Dirección General Sistema de Atención Inmediata. La directora del área, Ana Maiorkevich, aclara que “no es un hogar abierto. Es abierta la admisión”. Para tener acceso a una cama, merienda, cena y a una red de asistencia psicológica y médica, las mujeres deben comprometerse con su recuperación. En el 26 de Julio viven unas 30 madres y pocas mujeres solas. Muchas fueron derivadas tras quedar en situación de calle a raíz de episodios de violencia familiar.

Así como tantos varones viven en la calle por problemas de alcoholismo, dice Maiorkevich que las mujeres terminan a la intemperie, en la mayoría de los casos, por problemas de violencia o de autoexclusión. “Primero alojamos y luego exploramos la vida de esa mujer. No damos intervención policial. Y al indagar casi siempre encontramos que en algún momento hubo un episodio violento o de autoviolencia”, comenta. “A diferencia del hombre, la mujer no niega su pasado. Tiene una red de contención sostenida, trata de acudir a todos los recursos antes de quedar en la calle. Y también ocurre que no todas quieren aceptar la ayuda.”

Alcira es una rubia cincuentona, de jogging, botas y pocos dientes, que está a punto de dejar el hogar junto con Delia, mamá de dos chicos, que fue a parar al hogar por violencia familiar. Alcira estuvo unas semanas viviendo en la estación de micros de Retiro. En breve se muda con Delia a un departamento en Villa Soldati que comprarán a 30 años con un crédito de la Comisión de la Vivienda. En el hogar las ayudaron a gestionarlo. Delia está feliz: terminan las tardes interminables con los chicos mirando televisión en la sala de espera del Hospital Argerich para hacer tiempo, terminan los días en que se tiene que aguantar hasta la merienda con un alfajor en el estómago. Aunque todavía no logró resolver su principal conflicto: la falta de un empleo estable, y sigue trabajando como doméstica unas pocas horas a la semana.