“La violencia doméstica o terrorismo doméstico es la forma más común de violencia en la vida de las mujeres en todo el mundo. Cuando la violencia íntima involucra el uso de un arma, el riesgo de vida para la mujer aumenta doce veces en comparación con otros medios de violencia porque las armas producen lesiones más severas y ponen en riesgo la vida y porque reduce las posibilidades de que la victima escape o de que intercedan otras personas para ayudarla. En Francia, donde existen 30 armas por cada 100 personas, el 33 por ciento de las muertes de mujeres se producen por disparos provenientes de sus parejas. En Estados Unidos, donde existen 96 armas por cada 100 personas, estas cifras crecen al 66 por ciento. En Sudáfrica, una mujer es asesinada a tiros por su actual o ex marido o novio cada seis horas”, remarca en el informe “Un arma en el hogar aumenta la inseguridad de las mujeres” la Red de Mujeres de Iansa (International Action Network on Small Arms).

“Todas las armas que pertenezcan a personas culpables de cometer violencia familiar o de parejas íntimas deben ser confiscadas obligatoriamente por la policía como sucede en Nueva Zelanda o Australia”, proponen en Iansa. Y subrayan: “La proliferación y el uso indebido de armas pequeñas o livianas –registradas o ilegales– contribuyen a la desigualdad entre hombres y mujeres y a la violencia de género en todo el mundo.”