$ “La violencia económica es el incumplimiento de deberes de asistencia familiar (que es el caso más conocido de los padres que no pasan alimentos para el sustento de sus hijos/as), el manejo exclusivo del dinero o el control total de la economía del hogar por parte de un integrante de la familia. Por eso, en muchos casos, hay mujeres de clase media o alta –que tienen un buen nivel de vida– pero no pueden disponer de su dinero. También en las mujeres mayores prevalece la violencia económica por parte de sus hijos e hijas que disponen de sus bienes sin su consentimiento”, explica la abogada Analía Monferrer, secretaria letrada, a cargo de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
$ El 82 por ciento de las seis mil personas que denunciaron violencia familiar, en el plazo de un año, en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, son mujeres, y el 18 por ciento hombres, pero –dentro de los varones– la mayoría –casi seis de cada diez– son niños.
$ 3 de cada 10 denuncias por violencia doméstica son, específicamente, por violencia económica contra la mujer.
$ El 35 por ciento de las denunciantes pertenece a sectores medios y/o medios altos, lo cual demuestra que la violencia de género no se da solamente en sectores carenciados, según relata la jueza de la Corte Suprema de Justicia Elena Highton de Nolasco. Por ejemplo, Palermo, Caballito, Almagro y Belgrano están entre los primeros quince barrios porteños con mayor cantidad de denuncias por violencia doméstica de la Ciudad de Buenos Aires.
$ Otro dato de cómo influye el dinero en la violencia de género es que un 25 por ciento del total de las denunciantes –de violencia física, psicológica, económica, sexual, etc.– están desempleadas, lo que refleja que la falta de recursos económicos genera más vulnerabilidad en las mujeres y mayores trabas para poder salir de la violencia doméstica. En muchos casos –de sectores bajos, medios y altos– las mujeres se quedan como rehenes del dinero de sus maridos, para que ellos sigan manteniendo el hogar, a sus hijos o a ellas mismas y su situación de desempleadas aumenta su fragilidad. Pero hay salidas: en el Reino Unido, por ejemplo, existen subsidios específicos para mujeres víctimas de violencia de género con el objetivo de que no tengan que depender del dinero ajeno para poder encarrilar su situación económica y laboral cuando deciden salir del círculo del maltrato.
$ Entre las medidas que tomó la Justicia civil a partir de las denuncias iniciadas en la Oficina de Violencia Doméstica hubo 200 sentencias en las que se obligó a los padres a pagar las provisiones para sus hijos/as, en otra prueba de que las separaciones acarrean, en muchos casos, la mayor carga económica para las madres que se quedan a cargo de sus hijos.
Fuente: Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que funciona en Lavalle 1250 (las 24 horas, los 365 días del año). Más información: www.csjn.gov.ar
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