Nocturno es un libro-objeto bellísimo, intenso, complejo, universal, porque ¿quién no quiere alimentar sus sueños?

Y es el primer proyecto de Isol con tinta que brilla en la oscuridad: las ilustraciones del “primer acto” presentan una imagen con una frase que al apagar la luz se transforman en otra cosa, el “segundo acto”, escenarios oníricos e inspiradores para que tanto los chicos como los grandes se conecten con los caminos que abren los sueños (“un sueño aburrido es una noche desperdiciada”, dice el libro). El objeto propone una experiencia de lectura diferente de la de pasar las páginas: hay que “cargar” las imágenes con la luz de un velador y contemplarlas en completa oscuridad para averiguar qué pasa en “El sueño del pescador aburrido”, o en “El sueño de la puerta que no se debía abrir”. “Me gusta jugar con los géneros. Que sea un ‘recetario’ me salvó de las restricciones que tenía la tinta fluorescente, que no me permitía contar una historia de forma lineal. Encontré un género en el cual era lícito y orgánico tener estas fracturas narrativas. El dibujo oscuro, la narrativa, y la frase que acompaña cada imagen son elementos fundamentales. A la vez el segundo acto, el de la oscuridad, está abierto a la imaginación. Una vez que salió el libro, uno de mis editores de Fondo de Cultura me dijo: ‘Isol, vos nos traés problemas, ¡pero hacés que probemos nuevas cosas!’. Me gusta que los editores se enamoren del proyecto, que lo defiendan y se lo apropien.”