Chicago venía muy golpeado; sin embargo, nunca se dio por vencido. Por eso rescató un punto en la cancha de Lanús. El empate es justo precisamente por eso. Lanús, que lo tenía para ganar, se durmió; pero Nueva Chicago no se entregó y llegó el gol a diez del final. De salida Lanús fue más, estuvo mejor parado en la zona de volantes, con el buen trabajo de Iribarren, la movilidad de Andrizzi y el ida y vuelta de Alvarez. Le dio mucha tranquilidad el gol a los 2 minutos. Vino un centro de Andrizzi desde la derecha y Carrario metió un frentazo inatajable. Chicago se despertó. Con nervios, fue para adelante –Saad se lo perdió dos veces– y Lanús, sin apurarse, se paró de contra y tuvo chances. En el complemento, Lanús salió como para liquidar, pero se fue diluyendo. El trámite se hizo muy trabado en el medio, con muchas piernas fuertes de parte de los dos equipos. A diez minutos del final, llegó un corner de la izquierda de Carranza que San Esteban, por el medio, conectó a media altura para el empate.