FúTBOL › CENTRAL DEBE 42 MILLONES Y LA NUEVA COMISION PIDIO EL CONCURSO PREVENTIVO
Un Rosario de estafas
La gestión de Víctor Vesco en la mira. El descalabro financiero comenzó en 1998 con la entrada de inversores particulares y la realización de negocios con más de cincuenta fantasmales empresas “offshore” y termina con un pasivo de más de cuarenta millones y la realidad de que ninguno de los jugadores del plantel de Russo pertenece al club. Y Central no tiene más recursos por explotar.
Por Alejo Diz
desde rosario
El pasado jueves, cuando la dirigencia de Rosario Central pidió su concurso preventivo ante la Justicia, nadie se sorprendió en la ciudad. La nueva Comisión Directiva de la institución rosarina, que asumió en agosto, tuvo que pedir la intervención de la Justicia luego de que una auditoría interna desnude todos los vicios que caracterizaron a la última directiva que presidió Víctor José Vesco. Tras el relevamiento de la documentación que se halló en el club se pudo saber que Central, en los últimos cinco años, ha realizado operaciones de dinero con más de 50 empresas denominadas offshore y ubicadas en países conocidos como paraísos fiscales por sus exenciones impositivas. Hubo jugadores a los que se vendió por más del ciento por ciento, otros tenían más de diez inversores que apostaron por su pase y cada vez que el club pedía un préstamo –siempre bajo condiciones leoninas para la institución, claro está– jamás lo saldaba: cambiaba documentos por la deuda por valores mucho más altos, pero generalmente el préstamo se cancelaba con la cesión de porcentajes de algún jugador. Esto puso a Central sobre la cornisa financiera con un pasivo de más 40 millones de pesos y a la mayoría de sus jugadores –de la categoría ‘90 hacia arriba– vendidos. Y del plantel superior que conduce Miguel Russo ningún jugador pertenece al club.
La semana pasada, la dirigencia de Rosario Central pidió su concurso preventivo al no poder hacer frente a una deuda de 42 millones por no contar el club con un solo recurso económico sin explotar. Se vendieron a todos los jugadores de las inferiores, se hipotecaron los derechos de televisión y se borraron los registros contables. Es más: no hay ninguna operación realizada desde 1998 a la fecha que cuente con toda la documentación pertinente. Y por esto es que hoy la Directiva que preside Pablo Scarabino presentará una denuncia penal que tendrá más de 200 causas.
El descalabro financiero comenzó a mediados del ‘98, cuando Walter Gaitán fue cedido al Villarreal en una transferencia que comprendió la intervención de dos inversores. El club, oficialmente, vendió los derechos económicos del riojano a un grupo inversor que horas después lo cedió a la entidad de Castellón. Y, lógicamente, no coincide el dinero que ingresó a Rosario Central con el que erogó la dirigencia del Villarreal. Con esta negociación la dirigencia rosarina inauguró una modalidad de gestión que transcendió por el mundo. Porque desde entonces aparecieron las negociaciones con empresas de Panamá, Uruguay (más de 15), Islas Vírgenes y otros países en donde los gravámenes impositivos son ínfimos. En Uruguay, por ejemplo, Rosario Central hizo negocios financieros con Alicor Trust Corporation. Esta empresa no tiene domicilio legal, se desconoce cuál es su rubro de producción y, luego de que se venciera la fecha de pago por el préstamo otorgado, se quedó con los derechos federativos de algunos juveniles.
Todas las operaciones fueron realizadas –de acuerdo con la documentación encontrada– en efectivo, violando así la restricción de circulación de dinero para operaciones que excedan los mil pesos. No hay registros de ninguna cuenta bancaria y menos aún el destino que la Directiva le otorgó a la plata. Con lo cual habría que imaginar a los ex dirigentes viajando por el mundo con más de un maletín cargado de dólares. Pero esto, se sabe, no sucedió.
Hay más de 50 empresas internacionales de las cuales se desconoce su domicilio legal. Aunque tenían la prudencia de no realizar ninguna negociación que excediera el millón de pesos.
El defensor de la Selección Nacional Daniel Díaz fue vendido por el 110 por ciento de sus derechos económicos. Había ocho inversores involucrados (todos conocidos en la ciudad) y cuando el jugador fue transferido al Cruz Azul de México no hubo disputa entre los empresarios, a pesar de que entre todos juntaban derechos federativos sobre el jugador por más del ciento por ciento...
Con una empresa local, denominada Calcio SA, Rosario Central le vendió un paquete de 10 jugadores que tenía una cláusula particular: el club no podía dejarlos libres en los dos años venideros. Caso contrario se debía pagar 50 mil pesos por cada uno en concepto de indemnización. Y la Directiva faltó a su compromiso, porque terminó dejando en libertad de acción a Fernando Pierucci, Javier García, Gustavo Arriola, Javier Becerra y Mariano González. Por esta decisión Rosario Central debía abonar, en total, 250 mil pesos. ¿Cómo arregló? Cediendo porcentajes de otros jugadores.
Por estas irregularidades, y muchas más, es que la dirigencia elevará hoy una denuncia penal, mientras se trata de recuperar a la institución bajo las bondades que supone el ingreso a concurso preventivo. Porque una vez finalizada la convocatoria de acreedores, muchos de los juveniles volverán a ser del club –¿cómo harán los inversores para certificar la titularidad de los derechos federativos?– y se empezará a pagar, por ley, luego de dos años de finalizado el concurso.
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