FúTBOL › ALBERTO GUIL, PRESIDENTE DE UN SAN LORENZO QUEBRADO, HACE LA MANIFESTACION DE MALES DEL CLUB Y CUESTIONA LA GESTION DE MIELE.
“Tenemos un estadio, pero debemos tres”
Los números de San Lorenzo, herencia de la desaforada administración de Fernando Miele durante década y media, son de terror. A la deuda acumulada de cerca de 50 millones de dólares se suma un déficit operativo mensual que sigue abultando el quebranto. Noventa juicios y la gran mayoría de los ingresos de publicidad y televisación ya adelantados presentan un panorama de desastre sin salida.
› Por Gustavo Veiga
A su alrededor hay nada más que ruinas. Alberto Guil, el presidente de San Lorenzo, sabe que el club perdió casi todas sus cuentas corrientes, soporta como noventa juicios y diecinueve pedidos de quiebra, tiene embargados o ya comprometidos sus principales ingresos, y la solución a esas dificultades, en un país quebrado como la Argentina, parece demasiado lejana. Este presente desalentador guarda cierta analogía con diciembre de 1986, cuando Fernando Miele, el hombre que detentó el poder absoluto en la institución durante 15 años, se topó con un cuadro semejante. Lo curioso es que el ex presidente, como si hubiera sido ganado por un afán autodestructor, pulverizó toda su obra, de la que apenas queda el estadio Nuevo Gasómetro y centenares de cheques rechazados que ahora debe levantar su sucesor.
–Cuando Miele se hizo cargo de San Lorenzo, lo había encontrado en una pésima situación, que hoy se repite. ¿Qué hará para no terminar como él, desprestigiado y denunciado ante la Justicia?
–Los momentos son muy distintos. Es cierto que el club tenía graves problemas en 1986, pero su deuda total no sumaba 6 millones de dólares. Y, además, a Miele lo favoreció un proceso de expansión de la Argentina que duró, nos guste o no, siete u ocho años. Eso le permitió sanear a la institución. Con nosotros sucedió lo contrario. Asumimos en la etapa más recesiva de la historia que ha tenido el país. Por esta razón considero que la nuestra es una patriada.
–Además de los contextos diferentes que usted menciona, ¿quiere decir que San Lorenzo está ahora mucho peor que en el ‘86?
–El club tiene un pasivo muy alto que se pudo haber acumulado por la compra de futbolistas y los excesos en el pago de premios pero, además, hallamos un desorden total que produjo un déficit notable. Los primeros balances de Miele fueron bastante equilibrados. San Lorenzo se desbarranca en los años ‘97 y ‘98. Realmente estaba inoperable.
–¿Había previsto, antes de asumir su cargo en diciembre pasado, que la situación era tan desastrosa?
–Teníamos una idea, por cierta gente de la Comisión Directiva anterior, de que la deuda era abultada y los recursos muy escasos. Pensamos que íbamos a contar con una ayuda importante de Torneos y Competencias y de la AFA, en las que depositábamos nuestras esperanzas, pero nos dijeron “no tenemos dinero, no va”. De ahí que se nos haga muy difícil mantener al club.
–¿Qué pasivo tiene San Lorenzo y a cuánto asciende su déficit mensual?
–Si tomamos la deuda en pesos, ronda los 50 millones. Porque son 43 millones. Pero, de esa suma, hay compromisos en dólares asumidos con el exterior. Clubes de España, el Nacional de Colombia... Es decir, debemos pagarlos en divisas. El déficit rondaba el orden de los 400 mil a 500 mil pesos mensuales. Nosotros conseguimos reducirlo en un 40 o 50 por ciento. Son sueldos, gastos de infraestructura, costos de la ciudad deportiva, un estadio que cada vez que abrimos genera pérdidas permanentes.
–¿Cuáles son los ingresos?
–Entre lo que recibimos de la AFA por los derechos de televisación, que en gran parte ya estaban comprometidos, y las cuotas sociales, hoy recaudamos unos 300 mil pesos.
–¿Y cómo alcanzan para cubrir la otra mitad que necesitan?
–El resto lo aportan miembros de la Comisión Directiva, aunque no creo que haya mucho más aire para seguir así. Habíamos hecho el cálculo de que durante seis meses podíamos sostener la situación, pero después de los seis meses, no sé...
La sombra de Miele
–¿Cuánto dinero cobró el ex presidente por adelantado de la televisión?
–Los ingresos están comprometidos hasta 2003, por casi todo el año. Los de publicidad estática en la cancha también hasta 2003, igual que la publicidad en las camisetas, que se cobró hasta junio de ese año. Los torneos de verano se percibieron en un 50 por ciento hasta 2007. El merchandising hasta 2009. O sea, esos son los números grandes. Sólo nos queda libre un contrato de bebidas gaseosas que está por finalizar ahora y lo debemos negociar nosotros. Y, además, se cayó el contrato con Gatic porque no cumplió el acuerdo firmado. Así que nos quedan pocas fuentes de recursos.
–¿Usted lo votó a Miele en alguna de las elecciones que le permitieron extender su mandato por quince años?
–No, porque primero él nos ganó a nosotros en 1986. Yo iba en aquella época como candidato a vicepresidente de Rafael Savino. Y en las restantes, nunca lo voté.
–¿Cuál es la imagen que tiene del ex presidente?
–Yo considero que él trabajó muchísimo por San Lorenzo. Hizo la cancha, en su momento lo sacó de una situación difícil. O sea que ha trabajado por el club. También creo que lo hizo equivocadamente. Gobernó en el desorden y fue muy autoritario. Sólo existía él y los demás eran figuras decorativas.
–La Comisión Directiva que usted encabeza acaba de expulsarlo como integrante de la misma. ¿Estuvo de acuerdo?
–Yo no estaba en la reunión que se resolvió. En el club hay un ambiente muy manifiesto contra él, de mucha gente, y pienso que si no ha venido a ninguna de las reuniones de conducción que se hicieron hasta la fecha, correspondía la medida. Aunque se le dio un viso de expulsión, no es así. Como no asistió nunca, quedó automáticamente afuera.
–Recién afirmó que la gente de San Lorenzo está enojada con Miele. Infiero que, para usted, los socios tienen razón.
–Sí, tienen razón. Porque él tuvo oportunidades de hacer las cosas de otro modo, de mantener las finanzas bajo control y no llegar a esta situación en que ni hay recursos para pagar la luz.
–¿Conversó recientemente con el ex presidente sobre todos los problemas que usted describió?
–Me llamó varias veces para decirme que yo no tenía experiencia en el manejo del club.
–O sea, ¿para cuestionarlo?
–Para hacer eso y para ofrecer su apoyo. Pero yo trabajo con un equipo de gente, no lo hago solo. Y no podemos aceptar que después de los desastres que dejó, venga a darnos una mano. ¿Una mano de qué nos va a dar? El, vuelta a vuelta, llama y dice que está todo bárbaro. Pero no es así. Este hombre es indudable que no anda bien...
–Hasta donde usted conoce, ¿cuál es la diferencia entre el desorden que mencionó y la posibilidad de que existan delitos?
–Nosotros hemos hecho una presentación ante la Justicia por administración fraudulenta porque encontramos algunas cositas que están en manos de un juez y yo no debería nombrarlas. Cosas que no son suficientemente claras. Para que tenga una idea, la contabilidad hacía un año y medio que no se pasaba a los libros. Es una de las fallas que indican un bruto desorden.
–¿Hay más?
–San Lorenzo no tiene cuentas corrientes abiertas en la República Argentina. Para que se haga una idea, el año pasado, el club emitió más de 650 cheques sin fondos. Hoy no existe un banco que le abra una nueva cuenta. Solamente quedó una, que no voy mencionar para que no nos embarguen.
–¿Los 650 cheques eran de diferentes bancos?
–Sí, de tres. El Provincia, el Credicoop y la Banca del Lavoro. Los dirigentes anteriores giraban cheques sin fondos hasta que les cerraron las cuentas.
Juicios, embargos y quiebras
–¿Qué ocurrió con aquellos 2 millones de dólares pagados por la empresa ISL y que no se devolvieron tras frustrarse el gerenciamiento impulsado por Miele?
–Ese dinero ingresó al club y se usó para pagos generales de la institución. Su entrada se comprobó fehacientemente. Pero el problema es que nosotros transferimos a Romeo, que se fue seis meses antes a pedido del Hamburgo. Por adelantar el pase, nos iban a dar 2 millones de pesos como resarcimiento y cuando fuimos a cobrarlos, nos encontramos con la novedad de que ISL los había embargado. La situación no termina ahí. Ahora, ISL reclama 2.600.000 dólares porque hay intereses y costas del juicio. Nosotros consideramos que el embargo se hizo mal. San Lorenzo está litigando el contrato en Suiza, mientras el embargo es en Alemania. Pusimos abogados en los dos países con un alto costo y del pase de Romeo no cobramos ni un centavo.
–¿Cuántos juicios tiene el club en la actualidad?
–Alrededor de noventa. Entre ellos, hay diecinueve pedidos de quiebra y algunos están muy avanzados. El Banco Comafi pidió la quiebra por un millón y pico de pesos debido a una deuda del liquidado Banco Patricios. Es un tema complejo. Estamos tratando de solucionar este caso y otros con ex jugadores. Juan José Borrelli y Zapata trabaron embargos, Oscar Ruggeri inició una demanda enorme de dinero porque aparentemente no cobró nunca. La Asociación de Técnicos reclama más de 2 millones de pesos por aportes previsionales no pagados. Todas estas deudas están dentro de los 43 millones.
–¿Cuánto dinero le debe San Lorenzo a la AFA?
–Cuando nosotros asumimos se le debían un poquito menos de 10 millones de pesos. Calculamos que ya cancelamos un millón y medio de esa suma. A nosotros nos pagan 460 mil pesos por mes de la televisión, pero recién en abril cobramos 150 mil. Enero, febrero y marzo no percibimos nada.
–¿Y cuánto le deben al plantel profesional?
–Se les debe el sueldo de marzo, una parte del aguinaldo y las primas desde julio de 2001 hasta acá a todos los jugadores.
–Así como el principal proyecto de Miele fue la construcción de un nuevo estadio, ¿cuál es el suyo?
–Es muy simple. Ya dije que voy a estar un solo período en el club y me quiero ir con la economía saneada, sin embargos, sin deudas, con cuentas corrientes abiertas en todos lados; o sea, con una institución limpia. Ese, en un momento como el que vivimos ahora, sería el mejor aporte quepodría hacerle a San Lorenzo. Y lo vamos a lograr, porque, como decimos nosotros: hoy tenemos un estadio y debemos tres.
–Por último, ¿podrán evitar que Manuel Pellegrini se vaya?
–Nosotros estamos haciendo esfuerzos para retenerlo porque consideramos que es un técnico excepcional. Pero tenemos una desventaja. El es un ciudadano de otro país y dice, con justa razón, que el dinero argentino en Chile no sirve. Estamos negociando, él se siente muy cómodo en San Lorenzo. Pero no podemos garantizarle el pago en moneda extranjera porque va contra las disposiciones vigentes y, además, no estamos en condiciones de hacerlo.
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