FúTBOL › EL CUADRO DE GALLEGO SE CONSAGRO AYUDADO POR EL EMPATE EN LINIERS
Newell’s Old Vélez, campeón
Independiente, que se prestó a la celebración de Newell’s en todos lados menos en la cancha, ganó 2 a 0, pero no impidió la consagración de su rival. El equipo rosarino, alentado por una multitud que viajó especialmente, jugó uno de los peores partidos del año y no pudo ponerle broche a su conquista. De todos modos se dio el gustazo de la vuelta olímpica.
Por Juan José Panno
Las pruebas de la infamia podrán estar guardadas en alguna maleta, pero a la vista no están. Uno –hay que admitirlo de una vez– fue a ver cómo Independiente, respondiendo al pedido de una parte de sus propios hinchas, le ofrecía poca resistencia a Newell’s y se prestaba a un empate de vergüenza. Uno sospechaba porque conoce –como cualquiera que siga al fútbol local– muchos antecedentes de componendas similares.
Pero resultó que ganó Independiente; sin dejar dudas de sus intenciones, además, porque metió el segundo gol cerca del final, sin ofrecer margen para un eventual empate de Newell’s si es que Vélez le ganaba a Arsenal. En síntesis: si Vélez ganaba sobre la hora, había partido de desempate, que nadie imaginaba.
Lo que no se sabe es cómo hubiera reaccionado en ese caso la barra brava de Independiente; el grupo mafioso que gritó durante algunos tramos que “parece que Vélez no sale campeón”, instando a sus jugadores a hacer las cosas según sus deseos, y el que fajó a un hincha no perteneciente a la barra que se animó a celebrar el gol de Jairo Castillo.
Las pruebas de la infamia no están a la vista y lo que puede quedar es que los jugadores de Independiente hicieron lo que hicieron para oponerse a quienes los presionaban y demostrar que se la bancan. Las pruebas de la infamia podrán estar guardadas en alguna maleta que acercaron allegados a Vélez y a Central para evitar la consagración de Newell’s. Una maleta de un tamaño similar a la que le acercaron a Arsenal los de Newell’s. Pero de eso no hay pruebas; sólo datos fehacientes.
Como sea, el principal responsable de las angustias que padeció ayer Newell’s antes de la consagración fue el propio equipo. Los jóvenes jugadores del equipo de Gallego se sintieron desbordados, superados por el entorno, temerosos de que un milagro les sacara de las manos lo que habían ido a buscar a Avellaneda. Les pesó demasiado la responsabilidad. Salvo en los primeros 10 minutos del segundo tiempo en los que mostró algunos rasgos que explican por qué consiguió el título, Newell’s fue un equipo débil en todas las líneas. Mal, lento, sin reacción atrás, abrió los caminos para que Independiente generara una decena de situaciones de gol; sin peso en el medio permitió que copara la parada Carrizo y que el rival se diera el lujo de toquetear con prolijidad; inofensivo arriba, sólo tuvo un par de llegadas clarísimas y en ambas el protagonista fue Ortega. Una fue un tiro libre que dio en el travesaño; la otra, un desborde excepcional que siguió con un disparo de Marino que salvó muy bien Navarro Montoya.
Nadie contaba con la astucia de Independiente que, con el simple trámite de aprovechar los nervios del rival, construyó una de sus mejores actuaciones en el torneo. Hacía siete fechas que no ganaba porque no le salía una; ayer le salieron todas.
El epílogo del Apertura tiene relación directa con su desarrollo. No hubo brillo en la definición; lo ganó Newell’s porque los otros se equivocaron más; lo ganó a pesar de haber caído en el primer partido del campeonato (0-1 con Vélez) y en el último. Ganó con un promedio de puntos bajísimo (63 por ciento) y con un promedio de gol pobre (1,16), pero con el doble mérito de haber sido el equipo al que le marcaron menos goles (11) y el menos malo. Y no tiene la culpa de nada de lo que dejaron de hacer los otros. Por lo tanto tiene todo el derecho al festejo en el que está envuelto en estas horas. Salud, Newell’s.
Cancha: Independiente.
Arbitro: Oscar Sequeira.
Goles: 10m Castillo (I); 79m Insúa (I).
Cambios: 45m Capria (6) por Borghello (N) y Zapata (6) por Rosada (I); 61m Steinert por Belluschi (N); 71m Losada por
Agüero (I); 75m Lorefice por Matheu (I).
Recaudación: 464.714 pesos.