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A LAS PAGINAS POR INTERNET
El sexo, ¿titular o al banco?
Como en cada Mundial, el sexo es un tema en el seno de las delegaciones. Existen las más diversas posturas –de las más abiertas a las extremadamente restrictivas– y en ellas se revelan las idiosincrasias nacionales. Por ejemplo: los turcos lo usan de señuelo, los suecos no se privan y los españoles lo miran por tevé.
Por Jean-Paul Bêtte
Especial desde Seúl
El sexo siempre está, y en el Mundial de Corea-Japón se presenta con variantes: para los daneses es un sobreentendido tras un triunfo, para los franceses un consuelo tras la derrota, para los turcos una motivación deportiva y para los españoles equivale a Internet.
El tema siempre es motivo de discusión en cada gran acontecimiento deportivo. Hay médicos que lo prohíben terminantemente durante el período de competencia mientras otros lo ven beneficioso para aliviar tensiones y motivar al deportista.
Este último parece ser el caso de la selección turca, que motiva a sus jugadores con un método por lo menos curioso: no hay primas en metálico, pero si avanzan a octavos cada futbolista se lleva un auto, y si alcanzan los cuartos las novias o esposas se instalarán en la tierra del Mundial.
Los daneses, nórdicos acostumbrados a la liberalidad en lo sexual, no podrían ser tentados con semejante señuelo, porque a nadie se le ocurriría prohibirles el sexo.
“Hablamos muy poco tras el partido, preferimos celebrar con nuestras esposas”, explicó en la noche del sábado el delantero Martin Jorgensen tras el triunfo danés ante Uruguay por 2-1.
“¿Y qué incluye la celebración?”, le preguntó un periodista. “Lo que usualmente haces con una esposa”, respondió el jugador con una sonrisa misteriosa.
Los franceses también pudieron reunirse con sus esposas o novias, aunque fue como consuelo tras su inesperada derrota ante Senegal. Todo forma parte de una tradición iniciada en la Eurocopa ‘96, cuando el entonces entrenador, Aimé Jacquet, permitió a los jugadores el contacto con sus mujeres. “Es un buen sistema, por eso decidimos mantenerlo”, dijo el entrenador actual, Roger Lemerre.
Los brasileños, en cambio, tuvieron que esperar ansiosos que les llegara el momento. Fue el martes, ya que Luiz Felipe Scolari había anunciado que mientras estuvieran en días oficiales de trabajo sus jugadores no podrían mantener relaciones, pero les dio un día libre tras el debut ante Turquía.
“Ahora no se puede, pero no los voy a perseguir por la ciudad en su día libre para ver lo que hacen”, dijo Felipao. La persecución podría ser interesante, según se desprende de las palabras del portavoz de la selección, Rodrigo Paiva: “Ninguno de los 23 jugadores trajo novia o esposa a Corea. Todas esperarán a llegar a Japón para octavos de final”.
Para llegar a Japón falta un partido y la gira brasileña comenzó el 19 de mayo e incluyó escalas en Barcelona y Kuala Lumpur antes de llegar a Corea. Los brasileños bien pueden mirar con envidia a sus colegas polacos, sudafricanos y ecuatorianos.
Jertzy Engel y Jomo Sono, entrenadores de Polonia y Sudáfrica, coinciden. “Hay tiempo para todo, y nadie dijo que el sexo, en el momento adecuado, dañe a nadie”, dijo Engel. “Son adultos. Incluso si se los prohibiera, sé que se las arreglarían para tener relaciones”, admitió Sono. Otros ni piensan en la posibilidad de prohibirlo. “El sexo es muy gratificante. Si lo hace lentamente y con mucho amor, un futbolista puede practicarlo a diario, pero si juega a ser el hombre biónico o Superman, puede terminar por arruinarse sus piernas”, analizó el entrenador ecuatoriano, Hernán “Bolillo” Gómez.
Muy diferente de lo que viven los jugadores de Italia, el equipo que enloquece a las aficionadas japonesas. “Nos estamos acostando a las diez de la noche”, se quejó el delantero Christian Vieri. Su única distracción en la concentración es el billar, las cartas y los videojuegos. El entrenador Giovanni Trappatoni prohibió el sexo hasta octavos de final.
Los españoles tampoco tienen a sus novias o esposas en Corea del Sur, algunas de las cuales llegaron tras el segundo partido. Pero mientras tanto no pierden el tiempo: las computadoras en la concentración registran una intensa utilización de accesos directos a páginas pornográficas deInternet. Uno de los preferidos es el “Strip-Player”, una conexión a cámaras en vivo que muestran a bailarinas ligeras de ropa. El mediocampista Gaizka Mendieta admitió implícitamente la popularidad del sexo virtual en la concentración cuando se lo consultó acerca del tema: “¡Y eso que tú sólo has visto unas pocas pantallas!”.