FúTBOL › PUDO GANAR FACIL, PERO BOCA SOLO DERROTO 2-1 A INDEPENDIENTE
Sufrió para no perder la costumbre
El equipo de Benítez levantó su producción con respecto a los últimos partidos. Jugó bien durante la mayor parte del encuentro, sacó dos tantos de ventaja por intermedio de Schiavi y Guglielminpietro y tuvo chances para liquidarlo por mayor diferencia. Parecía que tenía todo controlado, pero el visitante descontó sobre el final a través de Muñoz Mustafá y estuvo a punto de empatarlo en la última maniobra del juego. No hubiese sido justo.
Por Facundo Martínez
Sufrió en los últimos minutos, cuando Independiente encontró el descuento, se adelantó y se puso a tiro con el empate, que no se le dio por poco pero, por lo hecho durante los 90 minutos, Boca fue un justo ganador del clásico. El equipo de Jorge Benítez dominó el partido durante largos pasajes y tuvo varias chances para ampliar el marcador y liquidar el trámite. El Flaco Schiavi, de cabeza, abrió la cuenta en la primera etapa, amplió Guglielminpietro y descontó Muñoz Mustafá, en el complementario. En las tribunas, la fiesta fue constante, aliento y mucha participación del público, un microclima propio de un clásico, a pesar de la lluvia.
Como si se tratara de un antídoto para contrarrestar los efectos de la derrota sufrida en México frente al Pachuca por la Libertadores, los hinchas de Boca recibieron con gran entusiasmo a sus jugadores, quienes trataron de devolver favores con un buen primer tiempo. En ese período, Boca jugó bien la pelota y tuvo muchas chances frente el arco de Navarro Montoya. La clave estaba en la zona media, donde el pibe Gago marcaba los caminos, Guly distribuía sin lujos pero criteriosamente, asociándose con Palacio o con Palermo, y Vargas y Ledesma cortaban y presionaban los intentos de salida del equipo de César Luis Menotti.
En situaciones de gol, Boca iba a ser claro dominador. A poco del arranque, Palermo cruzó un cabezazo que se estrelló contra el palo izquierdo del arquero; después iba a tener una buena chance desde el punto del penal, pero al goleador le costó sacar el remate y terminó perdiendo la pelota; Guly iba a perder un mano a mano con el Mono, que le tapó el zurdazo; Ledesma también iba a desperdiciar una linda oportunidad, habilitado por Vargas en jugada de pelota detenida.
La primera de Independiente iba a llegar recién a los 23 minutos: una combinación entre Insúa y Biglia –el ex Argentinos no rindió como se esperaba por la izquierda–, para que el juvenil desbordara y sacara sobre la línea de fondo un remate que Abbondanzieri terminó despejando con su pierna derecha al corner. Los de Avellaneda no supieron aprovechar los minutos en que Boca aflojó la presión: tuvieron la pelota, llegaron cerca del arco, pero fallaban y mucho en la definición, abusando de pelotazos de media distancia (Frutos, Flores e Insúa), todos a las manos del arquero.
Boca abrió la cuenta con un cabezazo de Schiavi, que conectó un tiro de esquina de Palacio, tras ganarle la posición a Muñoz Mustafá. Después tuvo una gran chance Palermo, tras un centro de Palacio, con una chilena espectacular que terminó despejando Abraham sobre la línea.
Tras el descanso, se esperaba alguna mejoría de parte de Independiente, que no parecía estar a la altura de la circunstancias. Tuvo que ampliar el marcador Guly, un derechazo con el que terminó una buena jugada de Palacio, para que Independiente reaccionara; Benítez comenzaba a hacer cambios, a darle descanso a Guly, Palacio y Vargas.
Entonces sí, como cataratas, comenzaron a llover las pelotas sobre el área de Boca. Pelotazos largos, a las manos del arquero; un tiro de Frutos que pegó en el travesaño; un tiro libre de Carrizo que atajó Abbondanzieri; un mano a mano de Pusineri que terminó perdiendo ante la salida del arquero; y, a los 84, por fin el descuento. Habilitó Pusineri, que ingresó por la izquierda –en una jugada donde había tres jugadores de Independiente adelantados–, con cara externa de su pierna derecha a Muñoz Mustafá, que ingresó por el segundo palo y definió sin inconvenientes.
Boca, que tembló tras el descuento, no pudo cortar el ímpetu de los de Avellaneda, que por primera vez en el partido comenzaban a creer que podían empatarlo, que tenían con qué hacerlo. De tanto en tanto llegaba Boca, pero el Mono, atento y agrandado, tapaba y sacaba rápido la pelota para los suyos. Ya en tiempo de descuento, Pusineri picó habilitado y tuvo el empate a tiro. Sacó un derechazo cruzado, que Abbondanzieri consiguió tapar con ambas manos. Y llegó el cierre de un partido con final vibrante, que tuvo un gran espíritu de clásico.