FúTBOL › RIVER FUE PURO SUPLENTE Y LAGRIMA
Central quedó lo más pancho con los tres goles de Villa
Obsesionados con la del 2005, los de Núñez se olvidaron de que el partido servía para la Copa del 2006. Los rosarinos, en cambio, lo tuvieron bien presente y se hicieron un picnic con la banda alternativa.
Por Alejo Diz
Desde Rosario
El River de Leonardo Astrada mostró ayer todas sus confusiones. Los jugadores están contrariados dentro y fuera de la cancha. Esas dudas lo han puesto en una situación de extremo riesgo. Sobre el césped del Gigante de Arroyito apareció una formación clase B que estuvo muy cerca de quedar al margen de los parámetros exigidos para la máxima categoría. Y lo que había en juego ante Central no era más que la clasificación a la Copa Libertadores 2006. Pero el técnico llegó a Rosario con esa formación alternativa para preservar a los titulares que disputarán el decisivo compromiso ante San Pablo por las semifinales de la presente Copa. Astrada está cercado por la voraz demanda de éxito que caracteriza a los clubes grandes. Busca con obsesión una vuelta internacional. Y por ello dejó de lado el natural sentido de previsión que debe distinguir a cualquier entrenador que piensa más allá del próximo resultado.
Si se echa un ágil vistazo por la formación de River, el mensaje que contagia el equipo es que no juega más que para responder al reglamento. Pero no fue éste el caso. Entre Central y River había en juego una plaza para la Copa Libertadores 2006. Los rosarinos se la jugaron por entero. Los visitantes, en cambio, mostraron un preocupante desinterés. Aunque Astrada esté convencido de que su equipo obtendrá la presente Copa, hubiese sido más sagaz si también contemplaba la chance de que el miércoles el fútbol no aparezca, tal cual como sucedió ayer.
Los suplentes de River se vieron desbordados. En el repaso general, no construyeron una sola situación de riesgo. Quizá porque Raldes dominó el área con elegancia, o porque el mediocampo auriazul impuso siempre su voluntad. Pero lo más sensato es reconocer que Ferrari y Alemanno parecieron jugar sobre rieles por sus imparables proyecciones, y que Villa jamás pudo ser contenido por los centrales de la banda.
A los pocos minutos de iniciado el juego, Alemanno tiró un centro atrás que encontró a Villa empujando la pelota al fondo sin mayor oposición. Antes de cumplirse los 20 minutos, el mismo nueve saltó solo sobre el segundo palo e hizo de un tiro libre de Rivarola el segundo gol del encuentro con un cabezazo. Se había jugado muy poco y River ya estaba vencido. Astrada buscó en el banco las soluciones que debió haber previsto en la semana. Y, a pesar de las variantes, nada cambió.
El segundo tiempo fue un monólogo de los rosarinos. Antes del cuarto de hora, Villa tocó suave sobre el segundo palo para señalar el tercero y definir todo lo que había en juego. Así, los pibes de Angel Zof están a un punto de la Libertadores. Y River se fue de Rosario con interrogantes sobre su futuro. Es que abajo no asoman pibes que ilusionen y todo quedó reducido a los 90 minutos que restan jugar con los paulistas.
Central 3
Ojeda; Ferrari, Raldes; Farsi; Rivarola; A. Díaz; Calgary; Ledesma; Papa; Alemanno, Villa.
DT: Zof.
River 0
Saccone; Rojas; Gerlo; F. Crosa; Mareque; Ahumada; Méndez; Ledesma; Sambueza; G. Fernández; Sand.
DT: Astrada.
Estadio: Central.
Arbitro: Federico Beligoy.
Goles: 7m, 19m y 59m, Villa (C).
Cambios: 26m, Leguizamón (5) por Méndez (R); 46m, Toranzo (5) por Sand y G. Higuaín (5) por Ledesma (R); 69m, Ruben por Alemanno (C); 74m, Moreira por Ledesma (C); 89m, Monges por A. Díaz (C).