Lunes, 14 de mayo de 2007 | Hoy
FúTBOL › UN PARTIDO APARTE SE JUGO EN LOS BANCOS ENTRE LOS EX COMPAÑEROS
Fueron amigos más allá del campo de juego, pero ayer se ignoraron. El actual técnico de River terminó expulsado y ni siquiera en ese momento el entrenador de San Lorenzo decidió tenerlo en cuenta.
Por Adrián De Benedictis
El amor rápidamente puede transformarse en odio si se le paga con desprecio. Y de esa manera dos personas pueden pasar de compartir mucho a prácticamente ignorarse. Ese es el momento por el que transita la vida de Ramón Díaz y Daniel Passarella, quienes supieron tener una amistad más allá del fútbol. Por ello, además del duelo entre San Lorenzo y River, en el Bajo Flores se presentaba ayer también el encuentro entre estos dos ex jugadores que mantienen una gran identificación con el club de Núñez. Esto le puso un condimento más a un partido en donde se definían lugares de privilegio en el torneo Clausura.
Sin duda el que se llevó las mayores ovaciones de los dos fue Ramón Díaz. Cuando su nombre fue anunciado por los altoparlantes, el público local respondió de manera efusiva. Incluso en los alrededores del estadio se repartieron unos carteles pequeños con la siguiente inscripción: “Ramón es cuervo”. De esa manera, los de San Lorenzo mostraban orgullosos las insignias para que las vean sus rivales. Como el local fue el que salió primero al campo de juego, Díaz esperó expectante en su banco de suplentes. Pero como Passarella se dirigió directamente hacia el otro sector, ni siquiera se miraron.
Cuando se jugaban dos minutos del partido, el riojano se paró por primera vez para dar una indicación. Passarella se mantuvo sentado hasta que el árbitro expulsó a Diego Galván, a los cuatro minutos. En ese instante, los dos conductores quedaron separados por apenas diez metros, pero la distancia entre ellos era enorme. El que más nervioso se mostró fue el ex defensor, que protestó mucho los fallos del juez Laverni, y aprovechaba para descargar su malestar con el asistente Otero. En el medio de ese escenario, en el centro de la tribuna visitante se veía una bandera que decía “Ramón te extrañamos”, que se mantuvo ahí durante toda la tarde.
Quienes conocen a ambos dicen que la amistad se rompió hace 12 años, y no por un hecho puntual sino por cuestiones de celos profesionales. Passarella solicitó a Díaz para que se sumara al plantel de River, a comienzos de los ’90, y el goleador fue clave para esos años de éxito. Pero los mayores inconvenientes se dieron cuando el ex defensor ya estaba al frente del seleccionado argentino, y Díaz hacía su debut como técnico en River. Entre las distintas convocatorias de los jugadores de River a la Selección, Díaz aumentaba su fastidio porque luego casi no eran utilizados por Passarella.
Y si bien ayer fue su primer encuentro oficial, ya habían exhibido su pasado en el partido jugado en Mar del Plata, el verano último, cuando también se observaron de reojo y con rostros serios. Curiosamente, esa noche se dio el mismo resultado. En el final del partido se produjo otro hecho para resaltar: Passarella se fue expulsado por el árbitro a los 37 minutos de esa etapa, y Díaz apenas dirigió sus ojos para ver cómo discutía su colega para tratar de mantenerse en el campo.
En ese momento se terminó el tiempo de los dos en la cancha. Atrás había quedado claro que ambos transitan por veredas bien opuestas.
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